Nueva Biblia Latinoamericana
Ese día cumpliré contra Elí todo lo que he hablado sobre su casa, desde el principio hasta el fin. (1 Samuel 3:12)
Porque le he hecho saber que estoy a punto de juzgar su casa para siempre a causa de la iniquidad de la cual él sabía, pues sus hijos trajeron sobre sí una maldición, y él no los reprendió. (1 Samuel 3:13)
Por tanto he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de su casa no será expiada jamás, ni con sacrificio ni con ofrenda." (1 Samuel 3:14)
Samuel se acostó hasta la mañana. Entonces abrió las puertas de la casa del SEÑOR; pero Samuel temía contar la visión a Elí.
Así que Elí llamó a Samuel, y le dijo: "Samuel, hijo mío." "Aquí estoy," respondió Samuel. (1 Samuel 3:16)
Y Elí dijo: "¿Cuál es la palabra que el SEÑOR te habló? Te ruego que no me la ocultes. Así te haga Dios, y aún más, si me ocultas algo de todas las palabras que El te habló." (1 Samuel 3:17)
Entonces Samuel se lo contó todo, sin ocultarle nada. Y Elí dijo: "El es el SEÑOR; que haga lo que bien Le parezca." (1 Samuel 3:18)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Samuel 3:15":

Dr. Roberto Miranda
La generación Samuel
El pastor habla sobre la necesidad de preparar una nueva generación de líderes ungidos por Dios para la iglesia de Cristo, la generación Samuel, llena del Espíritu Santo y profética, destinada a cambiar destinos y caminar inspirando temor al mundo.


Samuel Acevedo
Honraré a los que me honran
El pastor habla sobre una palabra profética que el Señor le dio al hermano Chris Atow en la que se habla de una segunda revolución americana y cómo debemos honrar a Dios en nuestros propósitos y acciones.


1 Samuel 3:15 - Referencia Cruzada

Entonces dije: "¡Ah, Señor DIOS! No sé hablar, Porque soy joven." (Jeremías 1:6)
Pero Ana se levantó después de haber comido y bebido estando en Silo, y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en la silla junto al poste de la puerta del templo del SEÑOR, (1 Samuel 1:9)
¡Oh, si hubiera entre ustedes quien cerrara las puertas para que no encendieran Mi altar en vano! No me complazco en ustedes," dice el SEÑOR de los ejércitos "ni de su mano aceptaré ofrenda. (Malaquías 1:10)
Si llega Timoteo, vean que esté entre ustedes sin temor, pues él hace la obra del Señor lo mismo que yo. (1 Corintios 16:10)