Ahora pues, malditos son y nunca dejarán de ser esclavos, leñadores y aguadores para la casa de mi Dios."
(Josué 9:23)
Y ellos respondieron a Josué: "Porque ciertamente tus siervos fueron informados de que el SEÑOR tu Dios había ordenado a Su siervo Moisés que les diera toda la tierra, y que destruyera a todos los habitantes de la tierra delante de ustedes. Por tanto, temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de ustedes, y hemos hecho esto.
(Josué 9:24)
Ahora pues, estamos en tus manos. Haz con nosotros lo que te parezca bueno y justo."
(Josué 9:25)
Y así hizo él con ellos, y los libró de las manos de los Israelitas, y éstos no los mataron.
Y aquel día Josué los hizo leñadores y aguadores para la congregación y para el altar del SEÑOR, en el lugar que El escogiera, hasta el día de hoy.
(Josué 9:27)
Cuando Adonisedec, rey de Jerusalén (Ciudad de Paz), se enteró de que Josué había capturado a Hai y que la había destruido por completo (como había hecho con Jericó y con su rey así había hecho con Hai y con su rey), y que los habitantes de Gabaón habían concertado la paz con Israel y estaban dentro de su tierra,
(Josué 10:1)
tuvo gran temor, porque Gabaón era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y porque era más grande que Hai, y todos sus hombres eran valientes.
(Josué 10:2)
