Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando los hombres de Hai se volvieron y miraron, vieron que el humo de la ciudad subía al cielo y no tenían lugar adónde huir, ni por un lado ni por el otro, porque el pueblo que iba huyendo hacia el desierto se volvió contra sus perseguidores. (Josué 8:20)
Al ver Josué y todo Israel que los emboscados habían tomado la ciudad y que el humo de la ciudad subía, se volvieron y comenzaron a matar a los hombres de Hai. (Josué 8:21)
Y los de la emboscada salieron de la ciudad a su encuentro, así que los de Hai quedaron en medio de Israel, unos por un lado y otros por el otro. Los mataron hasta no quedar de ellos ni sobreviviente ni fugitivo. (Josué 8:22)
Pero al rey de Hai lo tomaron vivo, y lo trajeron a Josué.
Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Hai en el campo y en el desierto, adonde ellos los habían perseguido y todos habían caído a filo de espada hasta ser exterminados, todo Israel volvió a Hai y la hirieron a filo de espada. (Josué 8:24)
El total de los que cayeron aquel día, tanto hombres como mujeres, fue de 12,000 todo el pueblo de Hai. (Josué 8:25)
Josué no retiró su mano con la cual tenía extendida la jabalina, hasta que hubo exterminado por completo a todos los habitantes de Hai. (Josué 8:26)

Otras publicaciones relacionadas con "Josué 8:23":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
Consagración para bendición
Artículo sobre la importancia de la consagración espiritual y la necesidad de reconocer que las victorias son gracias a Dios y que el pecado de un solo individuo puede afectar a toda la comunidad de fe.


Gregory Bishop
Cuando tratan de engañarte
El pastor Gregory habla sobre la importancia de consultar a Dios antes de tomar decisiones y mantener nuestra antena espiritual puesta a través de disciplinas espirituales como la oración y la lectura de la Biblia. Además, alienta a tener un tiempo regular de comunión con Dios y a estirar los músculos espirituales a través del ayuno, viviendo por fe y no por vista.


Josué 8:23 - Referencia Cruzada

Y la bestia fue apresada, junto con el falso profeta que hacía señales en su presencia, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre. (Apocalipsis 19:20)
Y fue dado aviso a Josué: "Los cinco reyes han sido hallados escondidos en la cueva de Maceda." (Josué 10:17)
Capturó vivo a Agag, rey de los Amalecitas, y destruyó por completo a todo el pueblo a filo de espada. (1 Samuel 15:8)
También colgó al rey de Hai en un árbol hasta la tarde. A la puesta del sol Josué dio orden que bajaran su cadáver del árbol. Lo arrojaron a la entrada de la puerta de la ciudad y levantaron sobre él un gran montón de piedras que permanece hasta el día de hoy. (Josué 8:29)