Nueva Biblia Latinoamericana
Antes que los espías se acostaran, Rahab subió al terrado donde ellos estaban, (Josué 2:8)
y dijo a los hombres: "Sé que el SEÑOR les ha dado esta tierra, y que el terror de ustedes ha caído sobre nosotros, y que todos los habitantes del país se han acobardado ante ustedes. (Josué 2:9)
Porque hemos oído cómo el SEÑOR secó el agua del Mar Rojo delante de ustedes cuando salieron de Egipto. También supimos lo que hicieron a los dos reyes de los Amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes destruyeron por completo. (Josué 2:10)
Cuando oímos esto, nos acobardamos, no quedando ya valor en hombre alguno por causa de ustedes. Porque el SEÑOR, el Dios de ustedes, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
Ahora pues, júrenme por el SEÑOR, ya que los he tratado con bondad, que ustedes tratarán con bondad a la casa de mi padre. Denme una promesa segura, (Josué 2:12)
de que dejarán vivir a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y a mis hermanas, con todos los suyos, y que librarán nuestras vidas de la muerte." (Josué 2:13)
Y los hombres le dijeron: "Nuestra vida responderá por la de ustedes, si no revelan nuestro propósito. Y sucederá que cuando el SEÑOR nos dé la tierra, te trataremos con bondad y lealtad (sinceridad)." (Josué 2:14)

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Josué 2:11 - Referencia Cruzada

¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: "El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac."' (Deuteronomio 1:28)
¡Oh SEÑOR, fuerza mía y fortaleza mía, Refugio mío en el día de angustia! A ti vendrán las naciones Desde los confines de la tierra y dirán: "Nuestros padres heredaron sólo mentira, Vanidad y cosas sin provecho." (Jeremías 16:19)
y decían a los montes y a las peñas: "Caigan sobre nosotros y escóndannos de la presencia de Aquél que está sentado en el trono y de la ira del Cordero. (Apocalipsis 6:16)
Por tanto todas las manos se debilitarán, El corazón de todo hombre desfallecerá. (Isaías 13:7)
Lo han oído los pueblos y tiemblan; El pavor se ha apoderado de los habitantes de Filistea. (Éxodo 15:14)
¡Vacía está! Sí, desolada y desierta. Los corazones se derriten y las rodillas tiemblan; Hay también angustia en todo el cuerpo, Y los rostros de todos han palidecido. (Nahúm 2:10)
Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el SEÑOR es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro. (Deuteronomio 4:39)
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitaban en toda la tierra: "Que abunde su paz. (Daniel 6:25)
Cuando todos los reyes de los Amorreos que estaban al otro lado del Jordán hacia el occidente, y todos los reyes de los Cananeos que estaban junto al mar, oyeron cómo el SEÑOR había secado las aguas del Jordán delante de los Israelitas hasta que ellos habían pasado, sus corazones se acobardaron, y ya no había ánimo en ellos a causa de los Israelitas. (Josué 5:1)
Soy derramado como agua, Y todos mis huesos están descoyuntados; Mi corazón es como cera; Se derrite en medio de mis entrañas. (Salmos 22:14)
Sin embargo, mis hermanos que subieron conmigo, hicieron atemorizar el corazón del pueblo. Pero yo seguí plenamente al SEÑOR mi Dios. (Josué 14:8)
Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre. Porque Su dominio es un dominio eterno, Y Su reino permanece de generación en generación. (Daniel 4:34)
Entonces los oficiales hablarán otra vez al pueblo, y dirán: '¿Quién es hombre medroso y de corazón apocado? Que salga y regrese a su casa para que no haga desfallecer el corazón de sus hermanos como desfallece el corazón suyo.' (Deuteronomio 20:8)
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'Y será que aún vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades; (Zacarías 8:20)
a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el SEÑOR es Dios; no hay otro. (1 Reyes 8:60)
Las naciones temerán el nombre del SEÑOR, Y todos los reyes de la tierra, Su gloria. (Salmos 102:15)
Los hombres de Hai hirieron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los persiguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada. El corazón del pueblo desfalleció y se hizo como agua. (Josué 7:5)
Para que sepan que sólo Tú, que Te llamas el SEÑOR, Eres el Altísimo sobre toda la tierra. (Salmos 83:18)