Nueva Biblia Latinoamericana
Yo también supliqué al SEÑOR en aquel tiempo: (Deuteronomio 3:23)
Oh Señor DIOS, Tú has comenzado a mostrar a Tu siervo Tu grandeza y Tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que pueda hacer obras y hechos tan poderosos como los Tuyos? (Deuteronomio 3:24)
Permíteme, te suplico, cruzar y ver la buena tierra que está al otro lado del Jordán, aquella buena región montañosa y el Líbano.' (Deuteronomio 3:25)
Pero el SEÑOR se enojó conmigo por causa de ustedes, y no me escuchó; y el SEÑOR me dijo: '¡Basta! No Me hables más de esto.
Sube a la cumbre del Monte Pisga y alza tus ojos al occidente, al norte, al sur y al oriente, y mírala con tus propios ojos, porque tú no cruzarás este Jordán. (Deuteronomio 3:27)
Pero encarga a Josué, y anímalo y fortalécelo, porque él pasará a la cabeza de este pueblo, y él les dará por heredad la tierra que tú verás.' (Deuteronomio 3:28)
Así que nos quedamos en el valle frente a Bet Peor. (Deuteronomio 3:29)

Otras publicaciones relacionadas con "Deuteronomio 3:26":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
¡Dame ese monte!
Artículo titulado ¡Dame ese monte! escrito por Faustino de Jesús Zamora Vargas sobre la actitud y carácter en Cristo que hacen perdurar los sueños e infunden aliento para aprovechar nuevas oportunidades de servir al Señor, con el ejemplo de Caleb y su conquista de las montañas de Hebrón.


Dr. Roberto Miranda
Dios está deseoso de bendecir nuestros esfuerzos
El Dr. Roberto Miranda nos enseña cómo la oración de Jabes en 1 Crónicas 4:10 nos invita a pedirle a Dios que nos bendiga y ensanche nuestro territorio, tener ambición para la gloria de Dios y tomar iniciativas empresariales porque Él está deseoso de bendecir nuestros esfuerzos.


Deuteronomio 3:26 - Referencia Cruzada

Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que lo quitara de mí. (2 Corintios 12:8)
porque ustedes Me fueron infieles en medio de los Israelitas en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin, porque no Me santificaron en medio de los Israelitas. (Deuteronomio 32:51)
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Sube a este Monte Abarim, y mira la tierra que Yo he dado a los Israelitas. (Números 27:12)
El Me edificará una casa, y Yo estableceré su trono para siempre. (1 Crónicas 17:12)
Pero El fue herido (traspasado) por nuestras transgresiones, Molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, Y por Sus heridas (llagas) hemos sido sanados. (Isaías 53:5)
Entonces el rey David se puso en pie y dijo: "Escúchenme, hermanos míos y pueblo mío. Yo había pensado edificar una casa permanente para el arca del pacto del SEÑOR y para estrado de nuestro Dios. Así que había hecho arreglos para edificarla. (1 Crónicas 28:2)
El SEÑOR se enojó también contra mí por causa de ustedes y dijo: 'Tampoco tú entrarás allá. (Deuteronomio 1:37)
Entonces le dijo el SEÑOR: "Esta es la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob: 'Yo la daré a tu descendencia.' Te he permitido verla con tus ojos, pero no pasarás a ella." (Deuteronomio 34:4)
Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: "Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras ." (Mateo 26:39)
Pero Jesús dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo voy a beber?" Ellos respondieron: "Podemos." (Mateo 20:22)
y les dijo: "Hoy tengo 120 años; ya no puedo ir ni venir, y el SEÑOR me ha dicho: 'No pasarás este Jordán.' (Deuteronomio 31:2)
Y el SEÑOR habló a Moisés: (Números 20:7)
Ve y dile a Mi siervo David: 'Así dice el SEÑOR: "Tú no Me edificarás casa para que Yo habite en ella. (1 Crónicas 17:4)
Y David le dijo a Salomón: "Hijo mío, yo tenía el propósito de edificar una casa al nombre del SEÑOR mi Dios. (1 Crónicas 22:7)
También hicieron que El se enojara en las aguas de Meriba, Y le fue mal a Moisés por culpa de ellos, (Salmos 106:32)