Y Balaam respondió a los siervos de Balac: "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podría traspasar el mandamiento del SEÑOR mi Dios para hacer ni poco ni mucho.
(Números 22:18)Pero, les ruego que permanezcan aquí también esta noche, y sabré que más me dice el SEÑOR."
(Números 22:19)Dios vino a Balaam de noche, y le dijo: "Si los hombres han venido a llamarte, levántate y ve con ellos; pero sólo dirás la palabra que Yo te hable."
(Números 22:20)Y Balaam se levantó muy de mañana, aparejó su asna y se fue con los jefes de Moab.
Pero Dios se enojó porque él iba, y el ángel del SEÑOR se puso en el camino como un adversario contra él. Y Balaam iba montado sobre su asna, y sus dos sirvientes con él.
(Números 22:22)Cuando el asna vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino con la espada desenvainada en la mano, el asna se salió del camino y se fue por medio del campo; pero Balaam golpeó el asna para hacerla volver al camino.
(Números 22:23)Entonces el ángel del SEÑOR se puso en una senda estrecha de los viñedos, con una pared a un lado y otra pared al otro lado.
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Números 22:21 - Referencia Cruzada
Hijo mío, no andes en el camino con ellos. Aparta tu pie de su senda,
(Proverbios 1:15)