Nueva Biblia Latinoamericana
No se dejen llevar por doctrinas (enseñanzas) diversas y extrañas. Porque es buena cosa para el corazón el ser fortalecido por la gracia, no por alimentos, de los que no recibieron beneficio los que de ellos se ocupaban. (Hebreos 13:9)
Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven en el tabernáculo. (Hebreos 13:10)
Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre es llevada al santuario por el sumo sacerdote como ofrenda por el pecado, son quemados fuera del campamento. (Hebreos 13:11)
Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante Su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
Así pues, salgamos a Su encuentro fuera del campamento, llevando Su oprobio. (Hebreos 13:13)
Porque no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir. (Hebreos 13:14)
Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de labios que confiesan (alaban) Su nombre. (Hebreos 13:15)

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Hebreos 13:12 - Referencia Cruzada

Por tanto, ni aun el primer pacto se inauguró sin sangre. (Hebreos 9:18)
¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merecerá el que ha pisoteado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha ultrajado al Espíritu de gracia? (Hebreos 10:29)
Después de haberse burlado de Jesús, Le quitaron el manto de púrpura, Le pusieron Sus ropas y Lo sacaron para que fuera crucificado. (Marcus 15:20)
Y por ellos Yo Me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. (Juan 17:19)
Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. (1 Corintios 6:11)
Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán, hijo de Zera, y la plata, el manto, la barra de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo lo que le pertenecía, y los llevaron al Valle de Acor. (Josué 7:24)
Este es Aquél que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. (1 Juan 5:6)
entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de Su propia sangre, obteniendo redención eterna. (Hebreos 9:12)
Entonces Moisés habló a los Israelitas, y ellos sacaron fuera del campamento al que había maldecido, y lo apedrearon. Los Israelitas hicieron tal como el SEÑOR había mandado a Moisés. (Levítico 24:23)
Tomaron, pues, a Jesús, y El salió cargando Su cruz al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en Hebreo se dice Gólgota, (Juan 19:17)
Y toda la congregación lo sacó fuera del campamento y lo apedrearon, y murió, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés. (Números 15:36)
para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, (Efesios 5:26)
Echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearlo; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo (Pablo). (Hechos 7:58)
Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un Padre ; por lo cual El no se avergüenza de llamarlos hermanos, (Hebreos 2:11)
pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. (Juan 19:34)