Te aconsejo que de Mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos y que puedas ver. (Apocalipsis 3:18)

Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete. (Apocalipsis 3:19)

Yo estoy a la puerta y llamo; si alguien oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. (Apocalipsis 3:20)

Al vencedor, le concederé sentarse conmigo en Mi trono, como yo también vencí y me senté con Mi Padre en Su trono.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'" (Apocalipsis 3:22)

Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: "Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas." (Apocalipsis 4:1)

Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a Uno sentado en el trono. (Apocalipsis 4:2)

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Apocalipsis 3:21 - Referencia Cruzada

Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte. (Apocalipsis 12:11)

Ellos pelearán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque El es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con El son llamados, escogidos y fieles." (Apocalipsis 17:14)

que coman y beban a Mi mesa en Mi reino; y se sentarán en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. (Lucas 22:30)

Por lo cual Dios también Lo exaltó hasta lo sumo, y Le confirió el nombre que es sobre todo nombre, (Filipenses 2:9)

Ese poder obró en Cristo cuando Lo resucitó de entre los muertos y Lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, (Efesios 1:20)

e hizo de nosotros un reino, sacerdotes para Dios, Su Padre, a El sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén. (Apocalipsis 1:6)

Seguí mirando en las visiones nocturnas, Y en las nubes del cielo Venía uno como un Hijo de Hombre, Que se dirigió al Anciano de Días Y fue presentado ante El. (Daniel 7:13)

Entonces uno de los ancianos me dijo: "No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos." (Apocalipsis 5:5)

Al vencedor, al que guarda Mis obras hasta el fin, LE DARE AUTORIDAD SOBRE LAS NACIONES; (Apocalipsis 2:26)

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios."'" (Apocalipsis 2:7)

Jesús les dijo: "En verdad les digo que ustedes que Me han seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, ustedes se sentarán también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. (Mateo 19:28)

¿O no saben que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo es juzgado por ustedes, ¿no son competentes para juzgar los casos más sencillos? (1 Corintios 6:2)

Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo, (Juan 5:22)

pues el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos." (Apocalipsis 7:17)

Miré, y había un caballo blanco. El que estaba montado en él tenía un arco. Se le dio una corona, y salió conquistando y para conquistar. (Apocalipsis 6:2)

Acercándose Jesús, les dijo: "Toda autoridad Me ha sido dada en el cielo y en la tierra. (Mateo 28:18)

Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo." (Juan 16:33)

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. (1 Juan 5:4)

Si perseveramos, también reinaremos con El; Si Lo negamos, El también nos negará; (2 Timoteo 2:12)

También vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano. Volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años. (Apocalipsis 20:4)