Nueva Biblia Latinoamericana
Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. (1 Corintios 15:46)
El primer hombre es de la tierra, terrenal (hecho del polvo); el segundo hombre es del cielo. (1 Corintios 15:47)
Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. (1 Corintios 15:48)
Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. (1 Corintios 15:50)
Así que les digo un misterio: no todos dormiremos (moriremos), pero todos seremos transformados (1 Corintios 15:51)
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. (1 Corintios 15:52)

Otras publicaciones relacionadas con "1 Corintios 15:49":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
Dios bendice al hombre (mujer) espiritual
Artículo sobre cómo vivir una vida espiritual y recibir la bendición divina.


Gregory Bishop
Hay buenas obras preparadas para ti
En este sermón, el pastor habla sobre el llamado cristiano a vivir una vida en Cristo, brillando Su amor y bondad a través de buenas obras. Se enfatiza la importancia de recordar de dónde venimos y aceptar nuestra realidad espiritual en lugares celestiales con Cristo Jesús.


1 Corintios 15:49 - Referencia Cruzada

Cuando Adán había vivido 130 años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y le puso por nombre Set. (Génesis 5:3)
Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a El, porque Lo veremos como El es. (1 Juan 3:2)
Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos. (Romanos 8:29)
Llevamos siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. (2 Corintios 4:10)
Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. (2 Corintios 3:18)
Entonces LOS JUSTOS RESPLANDECERAN COMO EL SOL en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga. (Mateo 13:43)