Nueva Biblia Latinoamericana
Y el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban junto a él, que lo golpearan en la boca. (Hechos 23:2)
Entonces Pablo le dijo: "¡Dios lo golpeará a usted, pared blanqueada! ¿Se sienta usted para juzgarme conforme a la Ley, y viola la Ley ordenando que me golpeen?" (Hechos 23:3)
Los que estaban allí observando, dijeron: "¿Al sumo sacerdote de Dios injurias?" (Hechos 23:4)
Y Pablo dijo: "No sabía, hermanos, que él era el sumo sacerdote; porque escrito está: 'NO HABLARAS MAL DE UNA DE LAS AUTORIDADES DE TU PUEBLO.'"
Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran Saduceos y otra Fariseos, alzó la voz en el Concilio: "Hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseos. Se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos." (Hechos 23:6)
Cuando dijo esto, se produjo un altercado entre los Fariseos y los Saduceos, y la asamblea se dividió. (Hechos 23:7)
Porque los Saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, pero los Fariseos creen todo esto. (Hechos 23:8)

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Hechos 23:5 - Referencia Cruzada

especialmente a los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad. Atrevidos y obstinados, no tiemblan cuando blasfeman de las majestades angélicas, (2 Pedro 2:10)
No maldecirás a Dios, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo. (Éxodo 22:28)
Ni aun en tu recámara maldigas al rey, Ni en tus alcobas maldigas al rico, Porque un ave de los cielos llevará el rumor, Y un ser alado hará conocer el asunto. (Eclesiastés 10:20)
No obstante, de la misma manera también estos hombres, soñando, contaminan su cuerpo, rechazan la autoridad, y blasfeman de las majestades angélicas. (Judas 1:8)