El Señor le dijo: " Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo, porque él está orando,
(Hechos 9:11)y ha visto en una visión a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista."
(Hechos 9:12)Pero Ananías respondió: "Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a Tus santos en Jerusalén,
(Hechos 9:13)y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan Tu nombre."
Pero el Señor le dijo: "Ve, porque él es Mi instrumento escogido, para llevar Mi nombre en presencia de los Gentiles, de los reyes y de los Israelitas;
(Hechos 9:15)porque Yo le mostraré cuánto debe padecer por Mi nombre."
(Hechos 9:16)Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: "Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo."
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Hechos 9:14 - Referencia Cruzada
Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: "¿No es éste el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre, y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes?"
(Hechos 9:21)a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con todos los que en cualquier parte invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:
(1 Corintios 1:2)Y mientras lo apedreaban, Esteban invocaba al Señor y decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu."
(Hechos 7:59)Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando Su nombre.'
(Hechos 22:16)y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino (de Jesús), tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.
(Hechos 9:2)Porque no hay distinción entre Judío y Griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que Le invocan;
(Romanos 10:12)Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue (busca) la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.
(2 Timoteo 2:22)