Nueva Biblia Latinoamericana
Y de repente dos hombres hablaban con El, los cuales eran Moisés y Elías, (Lucas 9:30)
quienes apareciendo en gloria, hablaban de la partida de Jesús que El estaba a punto de cumplir en Jerusalén. (Lucas 9:31)
Pedro y sus compañeros habían sido vencidos por el sueño, pero cuando estuvieron bien despiertos, vieron la gloria de Jesús y a los dos varones que estaban con El. (Lucas 9:32)
Y al retirarse ellos de El, Pedro dijo a Jesús: "Maestro, es bueno quedarnos aquí; hagamos tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías." Pero Pedro no sabía lo que decía.
Entonces, mientras él decía esto, se formó una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. (Lucas 9:34)
Y una voz salió de la nube, que decía: "Este es Mi Hijo, Mi Escogido; oigan a El." (Lucas 9:35)
Después de oírse la voz, Jesús quedó solo. Ellos mantuvieron esto en secreto; por aquellos días no contaron nada de lo que habían visto. (Lucas 9:36)

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Lucas 9:33 - Referencia Cruzada

Simón Le contestó: "Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque Tú lo pides (a Tu palabra), echaré las redes." (Lucas 5:5)
Cuando llegaron a la multitud, se acercó a Jesús un hombre, que arrodillándose delante de El, dijo: (Mateo 17:14)
Jesús les dijo: "Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado?" (Marcus 10:38)
Entonces Pedro dijo a Jesús: "Rabí (Maestro), bueno es que estemos aquí; hagamos tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías." (Marcus 9:5)
Así Te contemplaba en el santuario, Para ver Tu poder y Tu gloria. (Salmos 63:2)
Pues Dios, que dijo: "De las tinieblas resplandecerá la luz," es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Cristo. (2 Corintios 4:6)
Pero para mí, estar cerca de Dios es mi bien; En DIOS el Señor he puesto mi refugio Para contar todas Tus obras. (Salmos 73:28)
Muchos dicen: "¿Quién nos mostrará el bien?" ¡Alza, oh SEÑOR, sobre nosotros la luz de Tu rostro! (Salmos 4:6)
Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: Que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura del SEÑOR Y para meditar en Su templo. (Salmos 27:4)
Señor, muéstranos al Padre y nos basta," Le dijo Felipe. (Juan 14:8)