Nueva Biblia Latinoamericana
Y el SEÑOR desistió de hacer el daño que había dicho que haría a Su pueblo. (Éxodo 32:14)
Entonces se volvió Moisés y descendió del monte con las dos tablas del testimonio en su mano, tablas escritas por ambos lados. Por uno y por el otro estaban escritas. (Éxodo 32:15)
Las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. (Éxodo 32:16)
Al oír Josué el ruido del pueblo que gritaba, dijo a Moisés: "Hay gritos de guerra en el campamento."
Pero él respondió: "No es ruido de gritos de victoria, Ni es ruido de lamentos de derrota; Sino que oigo voces de canto." (Éxodo 32:18)
Tan pronto como Moisés se acercó al campamento, vio el becerro y las danzas. Se encendió la ira de Moisés, arrojó las tablas de sus manos, y las hizo pedazos al pie del monte. (Éxodo 32:19)
Y tomando el becerro que habían hecho, lo quemó en el fuego, lo molió hasta reducirlo a polvo y lo esparció sobre el agua, e hizo que los Israelitas la bebieran. (Éxodo 32:20)

Otras publicaciones relacionadas con "Éxodo 32:17":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
Josué y Caleb
La historia de Caleb y Josué es digna de recordar por la iglesia de Dios. Este artículo habla sobre su liderazgo espiritual, integridad y confianza en las promesas de Dios para lograr conquistas.


Samuel Acevedo
No temas, ni desmayes
En este artículo, Samuel Acevedo nos recuerda la importancia de no temer ni desmayar en nuestra vida cristiana y cómo mantener una relación viva con Dios para encontrar paz y bendición en Él.


Éxodo 32:17 - Referencia Cruzada

Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando las provisiones, se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra. (1 Samuel 17:20)
A la séptima vez, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas, Josué dijo al pueblo: "¡Griten! Pues el SEÑOR les ha entregado la ciudad. (Josué 6:16)
Para el director del coro. Salmo de los hijos de Coré. Batan palmas, pueblos todos; Aclamen a Dios con voz de júbilo. (Salmos 47:1)
Moisés se levantó con Josué su ayudante, y subió Moisés al monte de Dios, (Éxodo 24:13)
Al llegar él a Lehi, los Filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron de sus manos. (Jueces 15:14)
Cada vez que la trompeta suena, como que dice: '¡Ea!' Y desde lejos olfatea la batalla, Las voces atronadoras de los capitanes y el grito de guerra. (Job 39:25)
Enviaré, pues, fuego sobre Moab, Que consumirá los palacios (las fortalezas) de Queriot, Y Moab morirá entre el tumulto, Entre gritos de guerra y sonido de trompeta. (Amós 2:2)
El SEÑOR de los ejércitos ha jurado por sí mismo: "Ciertamente te llenaré de hombres como langostas, Y entonarán contra ti gritos de victoria." (Jeremías 51:14)
Y cantaban, alabando y dando gracias al SEÑOR: "Porque El es bueno, porque para siempre es Su misericordia sobre Israel." Y todo el pueblo aclamaba a gran voz alabando al SEÑOR porque se habían echado los cimientos de la casa del SEÑOR. (Esdras 3:11)
Encenderé, pues, fuego en la muralla de Rabá, Que consumirá sus palacios En medio de gritos de guerra en el día de la batalla, En medio de una tempestad en el día de la tormenta. (Amós 1:14)
Y Moisés dijo a Josué: "Escógenos hombres, y sal a pelear contra Amalec. Mañana yo estaré sobre la cumbre de la colina con la vara de Dios en mi mano." (Éxodo 17:9)
Pero él respondió: "No es ruido de gritos de victoria, Ni es ruido de lamentos de derrota; Sino que oigo voces de canto." (Éxodo 32:18)
Y aconteció que cuando el arca del pacto del SEÑOR entró al campamento, todo Israel gritó con voz tan fuerte que la tierra tembló. (1 Samuel 4:5)
Y levantándose los hombres de Israel y de Judá, gritaron y persiguieron a los Filisteos hasta el valle y hasta las Puertas de Ecrón. Los Filisteos muertos estaban tendidos a lo largo del camino a Saaraim, aun hasta Gat y Ecrón. (1 Samuel 17:52)
Pero Josué dio órdenes al pueblo: "No gritarán ni dejarán oír su voz, ni saldrá palabra de su boca, hasta el día que yo les diga: '¡Griten!' Entonces gritarán." (Josué 6:10)
Y sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno de carnero, y ustedes oigan el sonido de la trompeta, todo el pueblo gritará a gran voz, y la muralla de la ciudad se vendrá abajo. Entonces el pueblo subirá, cada hombre derecho hacia adelante." (Josué 6:5)
Entonces el pueblo gritó y los sacerdotes tocaron las trompetas; y sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo gritó a gran voz y la muralla se vino abajo. El pueblo subió a la ciudad, cada hombre derecho hacia adelante, y tomaron la ciudad. (Josué 6:20)