Nueva Biblia Latinoamericana
Viene el día del SEÑOR en el cual serán repartidos tus despojos en medio de ti. (Zacarías 14:1)
Porque Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y serán saqueadas las casas y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. (Zacarías 14:2)
Entonces saldrá el SEÑOR y peleará contra aquellas naciones, como cuando El peleó el día de la batalla. (Zacarías 14:3)
Sus pies se posarán aquel día en el Monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al oriente; y el Monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente, formando un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.
Ustedes huirán al valle de Mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal. Huirán tal como huyeron a causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el SEÑOR mi Dios, y todos los santos con El. (Zacarías 14:5)
Y sucederá que en aquel día no habrá luz; las luminarias se oscurecerán. (Zacarías 14:6)
Será un día único, conocido sólo del SEÑOR, ni día ni noche; y sucederá que a la hora de la tarde habrá luz. (Zacarías 14:7)

Otras publicaciones relacionadas con "Zacarías 14:4":

Charles Spurgeon
¡Venga Tu reino!
¡Venga Tu reino! - La tierra será llena de la gloria del Señor y Jesús será coronado como Rey. Reflexiones sobre la venida del reino de Dios y la importancia de mantenernos fortalecidos en la fe.


Dr. Roberto Miranda
Cuando Dios da una Palabra se cumplirá en todos los sentidos
Artículo sobre la importancia de creer en las palabras proféticas de Dios y cómo estas se cumplen, incluso en momentos de incredulidad y sufrimiento espiritual. Se habla de un gran mover profético que traerá una cosecha de almas y bendición a las naciones, y cómo la Palabra de la Iglesia será un poderoso rompe cercos del enemigo.


Zacarías 14:4 - Referencia Cruzada

La gloria del SEÑOR se elevó de en medio de la ciudad, y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad. (Ezequiel 11:23)
Se detuvo, e hizo temblar la tierra, Miró e hizo estremecerse a las naciones. Sí, se desmoronaron los montes perpetuos, Se hundieron las colinas antiguas. Sus caminos son eternos. (Habacuc 3:6)
Será un día único, conocido sólo del SEÑOR, ni día ni noche; y sucederá que a la hora de la tarde habrá luz. (Zacarías 14:7)
Porque el SEÑOR sale de Su lugar, Y descenderá y caminará sobre las alturas de la tierra. (Miqueas 1:3)
que les dijeron: "Varones Galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, vendrá de la misma manera, tal como Lo han visto ir al cielo." (Hechos 1:11)
¡Oh, si rasgaras los cielos y descendieras! Si los montes se estremecieran ante Tu presencia (Isaías 64:1)
y vi que la gloria del Dios de Israel venía de la parte del oriente. Su voz era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía de Su gloria. (Ezequiel 43:2)
En verdad les digo que cualquiera que diga a este monte: 'Quítate y arrójate al mar,' y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido. (Marcus 11:23)
Toda la tierra se volverá como una llanura desde Geba hasta Rimón, al sur de Jerusalén. Pero ésta se levantará y será habitada en su lugar desde la Puerta de Benjamín hasta el lugar de la Puerta Primera, hasta la Puerta del Angulo, y desde la Torre de Hananeel hasta los lagares del rey. (Zacarías 14:10)
Despiértense y suban las naciones Al Valle de Josafat, Porque allí Me sentaré a juzgar A todas las naciones de alrededor. (Joel 3:12)
¿Quién eres tú, oh gran monte? Ante Zorobabel, te convertirás en llanura; y él sacará la piedra clave entre aclamaciones de "¡Gracia, gracia a ella!"'" (Zacarías 4:7)
Después me hizo volver a la entrada del templo; y vi que brotaban aguas de debajo del umbral del templo hacia el oriente, porque la fachada del templo daba hacia el oriente. Y las aguas descendían de debajo, del lado derecho del templo, al sur del altar. (Ezequiel 47:1)
Los montes tiemblan ante El, Y los collados se derriten. Sí, en Su presencia se levanta la tierra, El mundo y todos los que en él habitan. (Nahúm 1:5)