Nueva Biblia Latinoamericana
Por tanto, vienen días En que castigaré a los ídolos de Babilonia. Toda su tierra será avergonzada, Y todos sus muertos caerán en medio de ella. (Jeremías 51:47)
Entonces gritarán de gozo sobre Babilonia El cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay, Porque del norte vendrán a ella destructores," declara el SEÑOR. (Jeremías 51:48)
Ciertamente caerá Babilonia por los muertos de Israel, Como también por Babilonia han caído los muertos de toda la tierra. (Jeremías 51:49)
Los que escaparon de la espada, Caminen, no se detengan; Acuérdense desde lejos del SEÑOR, Y venga Jerusalén a su memoria.
Estamos avergonzados porque hemos oído la afrenta; La deshonra ha cubierto nuestros rostros, Porque extranjeros han entrado En los santuarios de la casa del SEÑOR. (Jeremías 51:51)
Por tanto, vienen días," declara el SEÑOR, "en que castigaré a sus ídolos, Y por toda su tierra gemirán los heridos de muerte. (Jeremías 51:52)
Aunque Babilonia ascienda a los cielos, Y aunque fortifique en lo alto su baluarte, De Mi parte llegarán destructores a ella," declara el SEÑOR. (Jeremías 51:53)

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Jeremías 51:50 - Referencia Cruzada

Ustedes me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé. (Jeremías 29:12)
Huyan de en medio de Babilonia, Y salve cada uno su vida. No perezcan por su culpa, Pues éste es el tiempo de la venganza del SEÑOR; El le dará su pago. (Jeremías 51:6)
Salgan de en medio de ella, pueblo Mío, Y salve cada uno su vida Del ardor de la ira del SEÑOR. (Jeremías 51:45)
Salgan de Babilonia, huyan de los Caldeos; Con voz de júbilo anuncien, proclamen esto, Publíquenlo hasta los confines de la tierra; Digan: "El SEÑOR ha redimido a Su siervo Jacob." (Isaías 48:20)
y le dije al rey: "Viva para siempre el rey. ¿Cómo no ha de estar triste mi rostro cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desolada y sus puertas han sido consumidas por el fuego?" (Nehemías 2:3)
Los rescatados del SEÑOR volverán, Entrarán en Sion con gritos de júbilo, Con alegría eterna sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, Y huirán la tristeza y el gemido. (Isaías 51:11)
Sal del polvo, levántate, Cautiva Jerusalén. Líbrate de las cadenas de tu cuello, Cautiva hija de Sion. (Isaías 52:2)
Oh Señor, conforme a todos Tus actos de justicia, apártese ahora Tu ira y Tu furor de Tu ciudad, Jerusalén, Tu santo monte. Porque a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y Tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean. (Daniel 9:16)
Y los que escapen de la espada, pocos en número, volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá. Entonces sabrá todo el remanente de Judá que ha ido a la tierra de Egipto para residir allí, qué palabra ha de permanecer, si la Mía o la de ellos. (Jeremías 44:28)
Pero desde allí buscarás al SEÑOR tu Dios, y Lo hallarás si Lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma. (Deuteronomio 4:29)
en el año primero de su reinado, yo, Daniel, pude entender en los libros el número de los años en que, por palabra del SEÑOR que fue revelada al profeta Jeremías, debían cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años. (Daniel 9:2)
Levanta para ti señales, Coloca para ti majanos; Presta atención a la calzada, Al camino que anduviste. Vuelve, virgen de Israel, Vuelve a estas tus ciudades. (Jeremías 31:21)
Y oí otra voz del cielo que decía: "Salgan de ella, pueblo mío, para que no participen de sus pecados y para que no reciban de sus plagas. (Apocalipsis 18:4)
vino Hananí, uno de mis hermanos, con algunos hombres de Judá, y les pregunté por los Judíos, los que habían escapado y habían sobrevivido a la cautividad, y por Jerusalén. (Nehemías 1:2)
El que de entre todos ustedes pertenezca a Su pueblo, sea su Dios con él. Que suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa del SEÑOR, Dios de Israel; El es el Dios que está en Jerusalén. (Esdras 1:3)
¡Sion, tú que moras con la hija de Babilonia, escápate! (Zacarías 2:7)
Oren ustedes por la paz de Jerusalén: "Sean prosperados los que te aman. (Salmos 122:6)
Apártense, apártense, salgan de allí, Nada inmundo toquen. Salgan de en medio de ella, purifíquense, Ustedes que llevan las vasijas del SEÑOR. (Isaías 52:11)
Y sucederá que cuando todas estas cosas hayan venido sobre ti, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y tú las recuerdes en todas las naciones adonde el SEÑOR tu Dios te haya desterrado, (Deuteronomio 30:1)
Si me olvido de ti, oh Jerusalén, Pierda mi diestra su destreza. (Salmos 137:5)
Te levantarás y tendrás compasión de Sion, Porque es tiempo de apiadarse de ella, Pues ha llegado la hora. (Salmos 102:13)
Huyan de en medio de Babilonia, Y salgan de la tierra de los Caldeos; Sean como machos cabríos al frente del rebaño. (Jeremías 50:8)