Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas. (Éxodo 15:27)
Partieron de Elim, y toda la congregación de los Israelitas llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día 15 del segundo mes después de su salida de la tierra de Egipto. (Éxodo 16:1)
Y toda la congregación de los Israelitas murmuró contra Moisés y contra Aarón en el desierto. (Éxodo 16:2)
Los Israelitas les decían: "Ojalá hubiéramos muerto a manos del SEÑOR en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos. Pues nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud."
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Yo haré llover pan del cielo para ustedes. El pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en Mi ley. (Éxodo 16:4)
Y en el sexto día, cuando preparen lo que traigan, la porción será el doble de lo que recogen diariamente." (Éxodo 16:5)
Entonces Moisés y Aarón dijeron a todos los Israelitas: "A la tarde sabrán que el SEÑOR los ha sacado de la tierra de Egipto. (Éxodo 16:6)

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Éxodo 16:3 - Referencia Cruzada

Pero al día siguiente, toda la congregación de los Israelitas murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: "Ustedes son los que han sido la causa de la muerte del pueblo del SEÑOR." (Números 16:41)
El te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que tú no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR. (Deuteronomio 8:3)
Pasado mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Los Israelitas gemían a causa de la servidumbre, y clamaron. Su clamor subió a Dios, a causa de su servidumbre. (Éxodo 2:23)
Y si así me vas a tratar, Te ruego que me mates si he hallado gracia ante Tus ojos, y no me permitas ver mi desventura." (Números 11:15)
Por la mañana dirás: '¡Oh, si fuera la tarde!' Y por la tarde dirás: '¡Oh, si fuera la mañana!' por causa del espanto de tu corazón con que temerás y por lo que verán tus ojos. (Deuteronomio 28:67)
Y Josué dijo: "¡Ah, Señor DIOS! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos después en manos de los Amorreos y destruirnos? ¡Ojalá nos hubiéramos propuesto habitar al otro lado del Jordán! (Josué 7:7)
Porque no cerró las puertas del vientre de mi madre, Ni escondió la aflicción de mis ojos. (Job 3:10)
¿No es suficiente que nos hayas sacado de una tierra que mana leche y miel para que muramos en el desierto, sino que también quieras enseñorearte sobre nosotros? (Números 16:13)
Más dichosos son los que mueren a espada Que los que mueren de hambre, Que se consumen, extenuados, Por falta de los frutos de los campos. (Lamentaciones 4:9)
Ya están saciados, ya se han hecho ricos, ya han llegado a reinar sin necesidad de nosotros. Ojalá hubieran llegado a reinar, para que nosotros reináramos también con ustedes. (1 Corintios 4:8)
El pueblo discutió con Moisés y le dijo: "¡Ojalá hubiéramos perecido cuando nuestros hermanos murieron delante del SEÑOR! (Números 20:3)
Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este, y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir, y decía: "Mejor me es la muerte que la vida." (Jonás 4:8)
Tampoco dijeron: '¿Dónde está el SEÑOR Que nos hizo subir de la tierra de Egipto, Que nos condujo por el desierto, Por una tierra de lugares desolados y barrancos, Por una tierra seca y tenebrosa (de sombra de muerte), Una tierra por la que nadie pasó Y donde ningún hombre habitó?' (Jeremías 2:6)
El rey se conmovió profundamente, y subió al aposento que había encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: "¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!" (2 Samuel 18:33)
Ojalá que me soportaran un poco de insensatez, y en verdad me soportan. (2 Corintios 11:1)
¿Por qué se da luz al que sufre, Y vida al amargado de alma; (Job 3:20)
y les dijeron: "Mire el SEÑOR sobre ustedes y los juzgue, pues nos han hecho odiosos ante los ojos de Faraón y ante los ojos de sus siervos, poniéndoles una espada en la mano para que nos maten." (Éxodo 5:21)
Pero el pueblo tuvo sed allí, y murmuró el pueblo contra Moisés, y dijo: "¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?" (Éxodo 17:3)
Maldito el día en que nací; El día en que mi madre me dio a luz no sea bendito. (Jeremías 20:14)
Y Pablo contestó: " Quisiera Dios que, ya fuera en poco tiempo o en mucho, no sólo usted, sino también todos los que hoy me oyen, llegaran a ser tal como yo soy, a excepción de estas cadenas." (Hechos 26:29)
Todos los Israelitas murmuraron contra Moisés y Aarón, y toda la congregación les dijo: "¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiéramos muerto en este desierto! (Números 14:2)
El populacho que estaba entre ellos tenía un deseo insaciable; y también los Israelitas volvieron a llorar, y dijeron: "¿Quién nos dará carne para comer? (Números 11:4)
Después de esto, Job abrió su boca y maldijo el día de su nacimiento. (Job 3:1)