Nueva Biblia Latinoamericana
Canten al SEÑOR, alaben al SEÑOR, Porque ha librado el alma del pobre De manos de los malvados. (Jeremías 20:13)
Maldito el día en que nací; El día en que mi madre me dio a luz no sea bendito. (Jeremías 20:14)
Maldito el hombre que dio la noticia A mi padre, diciéndole: "¡Te ha nacido un hijo varón!" Haciéndolo muy feliz. (Jeremías 20:15)
Sea ese hombre como las ciudades Que el SEÑOR destruyó sin piedad; Oiga gritos de mañana Y alaridos al mediodía,
Porque no me mató en el vientre Para que mi madre hubiera sido mi sepultura, Y su vientre embarazado para siempre. (Jeremías 20:17)
¿Por qué salí del vientre Para ver pena y aflicción, Y que acaben en vergüenza mis días? (Jeremías 20:18)
Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR cuando el rey Sedequías le envió a él a Pasur, hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, para decirle: (Jeremías 21:1)

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Jeremías 20:16 - Referencia Cruzada

pero si esa nación contra la que he hablado se vuelve de su maldad, me arrepentiré del mal que pensaba traer sobre ella. (Jeremías 18:8)
Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, a semejanza de aquéllos, puesto que ellas se corrompieron (se entregaron a gran inmoralidad) y siguieron carne extraña, son exhibidas como ejemplo al sufrir el castigo del fuego eterno. (Judas 1:7)
Día de trompeta y grito de guerra Contra las ciudades fortificadas Y contra los torreones de las esquinas. (Sofonías 1:16)
En su mano derecha estaba la adivinación: Jerusalén. ¡A colocar arietes, a llamar a la matanza, a alzar la voz en grito de guerra, a poner arietes contra las puertas, a levantar terraplenes, a edificar muro de asedio! (Ezequiel 21:22)
¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y aparte el ardor de Su ira, y no perezcamos." (Jonás 3:9)
Que se oigan los gritos desde sus casas, Cuando de repente traigas sobre ellos saqueadores; Porque han cavado fosa para atraparme, Y han escondido trampas a mis pies. (Jeremías 18:22)
Enviaré, pues, fuego sobre Moab, Que consumirá los palacios (las fortalezas) de Queriot, Y Moab morirá entre el tumulto, Entre gritos de guerra y sonido de trompeta. (Amós 2:2)
pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los destruyó a todos. (Lucas 17:29)
Entonces el SEÑOR hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra, de parte del SEÑOR desde los cielos. (Génesis 19:24)
¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿Cómo podré entregarte, Israel? ¿Cómo podré Yo hacerte como a Adma? ¿Cómo podré tratarte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de Mí, Se enciende toda Mi compasión. (Oseas 11:8)
También condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después. (2 Pedro 2:6)
Y oró al SEÑOR: "¡Ah SEÑOR! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis. Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que Te arrepientes del mal anunciado . (Jonás 4:2)
Ahora bien, enmienden sus caminos y sus obras, y obedezcan al SEÑOR su Dios, y el SEÑOR se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra ustedes. (Jeremías 26:13)
Entonces Jonás comenzó a recorrer la ciudad camino de un día, y proclamaba: "Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada." (Jonás 3:4)
Los destruí como Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra, Y fueron como tizón arrebatado de la hoguera. Sin embargo, ustedes no se han vuelto a Mí," declara el SEÑOR. (Amós 4:11)
Por tanto, vivo Yo," declara el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel "que Moab será como Sodoma, Y Amón como Gomorra: Campo de ortigas y mina de sal, Una desolación perpetua. El remanente de Mi pueblo los saqueará, Y el resto de Mi nación los heredará." (Sofonías 2:9)
Toda su tierra es azufre, sal y calcinación, sin sembrar, nada germina y el pasto no crece en ella, como en la destrucción de Sodoma y Gomorra, de Adma y de Zeboim que el SEÑOR destruyó en Su ira y en Su furor.' (Deuteronomio 29:23)
Se levantará un tumulto entre tu pueblo, Y todas tus fortalezas serán destruidas, Como Salmán destruyó a Bet Arbel el día de la batalla, Cuando las madres fueron despedazadas con sus hijos. (Oseas 10:14)
¡Alma mía, alma mía! (¡Entrañas mías, entrañas mías!) Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; No callaré, Porque has oído, alma mía, El sonido de la trompeta, El pregón de guerra. (Jeremías 4:19)
Encenderé, pues, fuego en la muralla de Rabá, Que consumirá sus palacios En medio de gritos de guerra en el día de la batalla, En medio de una tempestad en el día de la tormenta. (Amós 1:14)
Voz de clamor desde Horonaim: 'Devastación y gran destrucción.' (Jeremías 48:3)