Nueva Biblia Latinoamericana
Y los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, a causa de Manasés, hijo de Ezequías, rey de Judá, por lo que hizo en Jerusalén. (Jeremías 15:4)
Porque, ¿quién se compadecerá de ti, oh Jerusalén? ¿Quién llorará por ti, O quién se apartará de su camino para preguntar por tu bienestar? (Jeremías 15:5)
Tú Me has dejado," declara el SEÑOR, "Sigues retrocediendo. Extenderé, pues, Mi mano contra ti y te destruiré; Estoy cansado de compadecerme. (Jeremías 15:6)
Los aventaré con el bieldo En las puertas del país; Los privaré de hijos, destruiré a Mi pueblo, Pues no se arrepintieron de sus caminos.
Haré que sus viudas sean más numerosas Que la arena de los mares. Traeré contra la madre de sus jóvenes, Al destructor en pleno mediodía; De repente traeré sobre ella Angustia y pavor. (Jeremías 15:8)
Languidece la que dio a luz siete hijos ; Exhala su alma. Se puso su sol siendo aún de día, Ha sido avergonzada y humillada. A sus sobrevivientes los entregaré a la espada Delante de sus enemigos," declara el SEÑOR. (Jeremías 15:9)
¡Ay de mí, madre mía, porque me diste a luz Como hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra! No he prestado ni me han prestado, Sin embargo todos me maldicen. (Jeremías 15:10)

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Jeremías 15:7 - Referencia Cruzada

Maldito el fruto de tu vientre y el producto de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño. (Deuteronomio 28:18)
El bieldo está en Su mano y limpiará completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que no se apaga." (Mateo 3:12)
Tus hijos y tus hijas serán dados a otro pueblo, mientras tus ojos miran y desfallecen por ellos continuamente, pero no habrá nada que puedas hacer. (Deuteronomio 28:32)
Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, Ha entrado en nuestros palacios, Exterminando a los niños de las calles, A los jóvenes de las plazas. (Jeremías 9:21)
Y les dirás: 'Así dice el SEÑOR: "Los que caen ¿no se levantan? El que se desvía ¿no se arrepiente? (Jeremías 8:4)
Habla a la casa de Israel: "Así dice el Señor DIOS: 'Voy a profanar Mi santuario, que para ustedes es orgullo de su fuerza, encanto de sus ojos y deleite de su alma. Sus hijos y sus hijas que ustedes han dejado detrás, caerán a espada. (Ezequiel 24:21)
No así los impíos, Que son como paja que se lleva el viento. (Salmos 1:4)
Tendrás hijos e hijas, pero no serán tuyos, porque irán al cautiverio. (Deuteronomio 28:41)
Y tú, hijo de hombre, ¿no será que el día en que les quite su fortaleza, el gozo de su gloria, el encanto de sus ojos, el anhelo de su alma, y a sus hijos y a sus hijas, (Ezequiel 24:25)
Envié contra ustedes una plaga, como la plaga de Egipto, Maté a espada a sus jóvenes, junto con sus caballos capturados, E hice subir hasta sus narices el hedor de su campamento. Sin embargo, ustedes no se han vuelto a Mí," declara el SEÑOR. (Amós 4:10)
No sean como sus padres, a quienes los antiguos profetas proclamaron, diciendo: 'Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Vuélvanse ahora de sus malos caminos y de sus malas obras."'" Pero no Me escucharon ni Me hicieron caso,' declara el SEÑOR. (Zacarías 1:4)
Los aventarás, el viento se los llevará, Y la tempestad los dispersará. Pero tú te regocijarás en el SEÑOR, En el Santo de Israel te gloriarás. (Isaías 41:16)
Entonces comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el SEÑOR tu Dios te ha dado, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá. (Deuteronomio 28:53)
Por tanto, entrega sus hijos al hambre, Y abandónalos al poder de la espada. Que se queden sus mujeres sin hijos y viudas; Sean sus maridos asesinados, Sus jóvenes heridos a espada en la batalla. (Jeremías 18:21)
Y enviaré extranjeros a Babilonia que la aventarán Y vaciarán su tierra; Porque estarán contra ella por todos lados El día de su tribulación. (Jeremías 51:2)
En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: "Un viento abrasador de las alturas desoladas del desierto, en dirección a la hija de Mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar, (Jeremías 4:11)
Oh, SEÑOR, ¿no buscan Tus ojos la verdad? Tú los heriste, Mas no les dolió; Tú los consumiste, Mas ellos rehusaron recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, Rehusaron arrepentirse. (Jeremías 5:3)
Aunque críen a sus hijos, Se los quitaré hasta que no quede hombre alguno. Sí, ¡ay de ellos también cuando de ellos Me aparte! (Oseas 9:12)
Pero el pueblo no ha vuelto a Aquel que los hirió, No han buscado al SEÑOR de los ejércitos. (Isaías 9:13)