Nueva Biblia Latinoamericana
Así dice el rey: 'Que no los engañe Ezequías, porque él no los podrá librar. (Isaías 36:14)
Que tampoco Ezequías los haga confiar en el SEÑOR, diciendo: "Ciertamente el SEÑOR nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.'" (Isaías 36:15)
No escuchen a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: "Hagan la paz conmigo y salgan a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera, y beba cada cual de las aguas de su cisterna, (Isaías 36:16)
hasta que yo venga y los lleve a una tierra como su tierra, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas.'
Cuidado, no sea que Ezequías los engañe, diciendo: "El SEÑOR nos librará." ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? (Isaías 36:18)
¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria de mi mano? (Isaías 36:19)
¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han librado su tierra de mi mano, para que el SEÑOR libre a Jerusalén de mi mano?'" (Isaías 36:20)

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Isaías 36:17 - Referencia Cruzada

En el año cuarto del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Samaria y la sitió, (2 Reyes 18:9)
No mira a los arroyos, A los ríos que fluyen miel y cuajada. (Job 20:17)
Es una tierra que el SEÑOR tu Dios cuida; los ojos del SEÑOR tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año. (Deuteronomio 11:12)
En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y se llevó a Israel al destierro en Asiria, y los puso en Halah y en Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los Medos. (2 Reyes 17:6)
Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a la ciudad mientras sus siervos la tenían sitiada. (2 Reyes 24:11)
Porque el SEÑOR tu Dios te trae a una tierra buena, a una tierra de corrientes de aguas, de fuentes y manantiales que fluyen por valles y colinas; (Deuteronomio 8:7)
hasta que yo venga y los lleve a una tierra como la tierra de ustedes, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas, tierra de olivos y de miel, para que vivan y no mueran." Pero no escuchen a Ezequías porque los engaña, diciendo: "El SEÑOR nos librará." (2 Reyes 18:32)
El justo se preocupa de la vida de su ganado, Pero las entrañas de los impíos son crueles. (Proverbios 12:10)
Así que he descendido para librarlos de mano de los Egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los Cananeos, de los Hititas, de los Amorreos, de los Ferezeos, de los Heveos y de los Jebuseos. (Éxodo 3:8)