Nueva Biblia Latinoamericana
pero el trigo y el centeno no fueron destruidos, por ser tardíos. (Éxodo 9:32)
Salió Moisés de la ciudad, de la presencia de Faraón, y extendió sus manos al SEÑOR, y los truenos y el granizo cesaron, y no cayó más lluvia sobre la tierra. (Éxodo 9:33)
Pero cuando Faraón vio que la lluvia y el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció su corazón, tanto él como sus siervos. (Éxodo 9:34)
Y se endureció el corazón de Faraón y no dejó ir a los Israelitas, tal como el SEÑOR había dicho por medio de Moisés.
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Preséntate a Faraón, porque Yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, para mostrar estas señales Mías en medio de ellos, (Éxodo 10:1)
y para que cuentes a tu hijo y a tu nieto, cómo Me he burlado de los Egipcios, y cómo he mostrado Mis señales entre ellos, y para que ustedes sepan que Yo soy el SEÑOR." (Éxodo 10:2)
Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: "Así dice el SEÑOR, el Dios de los Hebreos: '¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de Mí? Deja ir a Mi pueblo, para que Me sirva. (Éxodo 10:3)

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Éxodo 9:35 - Referencia Cruzada

Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Cuando vuelvas a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano. Pero Yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo. (Éxodo 4:21)