Nueva Biblia Latinoamericana
Ciertamente no es bueno multar al justo, Ni golpear a los nobles por su rectitud. (Proverbios 17:26)
El que retiene sus palabras tiene conocimiento, Y el de espíritu sereno es hombre entendido. (Proverbios 17:27)
Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio, Cuando cierra los labios, por prudente. (Proverbios 17:28)
El que vive aislado busca su propio deseo, Contra todo consejo se encoleriza.
El necio no se deleita en la prudencia, Sino sólo en revelar su corazón. (Proverbios 18:2)
Cuando llega el impío, llega también el desprecio, Y con la deshonra viene la afrenta. (Proverbios 18:3)
Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Arroyo que fluye, la fuente de la sabiduría. (Proverbios 18:4)

Otras publicaciones relacionadas con "Proverbios 18:1":

Dr. Roberto Miranda
Puntales eternos para la verdadera justicia
En este artículo, el Dr. Roberto Miranda argumenta que la única base sólida para una sociedad justa y próspera es la palabra y los valores del Reino de Dios, ya que los razonamientos éticos y humanistas no son suficientes para crear un sistema verdaderamente justo. El autor sostiene que la mente humana es defectuosa y necesita los puntos fijos de la sabiduría eterna y absoluta de Dios para orientarse correctamente, y que solo cuando las sociedades se humillen ante Jesucristo y sometan su entendimiento a la iluminación divina, entenderán la justicia.


Omar Soto
Buscar sabiduria
En este sermón, el autor habla sobre la importancia de buscar sabiduría en Dios y cómo esto puede ayudarnos a vivir nuestras vidas diarias. Se compara la sabiduría con la riqueza y se anima a enfocarse en el presente y pensar en el futuro en momentos de adversidad. La oración es una oportunidad para pedir sabiduría y transformación personal para poder ser agentes de cambio en el mundo.


Proverbios 18:1 - Referencia Cruzada

Hijo mío, teme al SEÑOR y al rey; No te asocies con los que son inestables; (Proverbios 24:21)
Es honra para el hombre evitar las discusiones, Pero cualquier necio se enredará en ellas. (Proverbios 20:3)
Como el que toma un perro por las orejas, Así es el que pasa y se entremete en pleito que no es suyo. (Proverbios 26:17)
Hijo mío, si recibes mis palabras Y atesoras mis mandamientos dentro de ti, (Proverbios 2:1)
Ciertamente, siguiendo la senda de Tus juicios, Oh SEÑOR, Te hemos esperado. Tu nombre y Tu memoria son el anhelo del alma. (Isaías 26:8)
El corazón conoce su propia amargura, Y un extraño no comparte su alegría. (Proverbios 14:10)
El que anda murmurando revela secretos, Por tanto no te asocies con el chismoso. (Proverbios 20:19)
No me senté en la asamblea de los que se divierten, ni me regocijé. A causa de Tu mano, solitario me senté, Porque de indignación me llenaste. (Jeremías 15:17)
A ustedes les ha sido dado el misterio del reino de Dios," les decía, "pero los que están afuera reciben todo en parábolas; (Marcus 4:11)
Pablo, siervo de Cristo Jesús (el Mesías Redentor), llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio (las buenas nuevas) de Dios, (Romanos 1:1)
Por tanto, SALGAN DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTENSE," dice el Señor; "Y NO TOQUEN LO INMUNDO, Y Yo los recibiré. (2 Corintios 6:17)
Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios, (Efesios 5:15)
Jesús les respondió: "Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. (Mateo 13:11)
y preguntar a los sacerdotes que eran de la casa del SEÑOR de los ejércitos, y a los profetas: "¿Debemos llorar en el mes quinto y abstenernos como lo hemos hecho durante tantos años?" (Zacarías 7:3)
¿Pues en qué se conocerá que he hallado gracia ante Tus ojos, yo y Tu pueblo? ¿No es acaso en que Tú vayas con nosotros, para que nosotros, yo y Tu pueblo, nos distingamos de todos los demás pueblos que están sobre la superficie de la tierra?" (Éxodo 33:16)
El comienzo del pleito es como el soltar de las aguas; Deja, pues, la riña antes de que empiece. (Proverbios 17:14)
Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, Jesús salió y fue a un lugar solitario, y allí oraba. (Marcus 1:35)
Estos son los que causan divisiones. Son individuos mundanos que no tienen el Espíritu. (Judas 1:19)