Nueva Biblia Latinoamericana
El Dios de los Hebreos nos ha salido al encuentro," contestaron ellos. "Déjenos ir, le rogamos, camino de tres días al desierto para ofrecer sacrificios al SEÑOR nuestro Dios, no sea que venga sobre nosotros con pestilencia o con espada." (Éxodo 5:3)
Pero el rey de Egipto les dijo: "Moisés y Aarón, ¿por qué apartan al pueblo de sus trabajos? Vuelvan a sus labores (cargas). (Éxodo 5:4)
Miren," añadió Faraón, "el pueblo de la tierra es mucho ahora, ¡y ustedes quieren que ellos cesen en sus labores!" (Éxodo 5:5)
Aquel mismo día, Faraón dio órdenes a los capataces que estaban sobre el pueblo, y a sus jefes y les dijo:
Ya no darán, como antes, paja al pueblo para hacer ladrillos. Que vayan ellos y recojan paja por sí mismos. (Éxodo 5:7)
Pero exigirán de ellos la misma cantidad de ladrillos que hacían antes. No la disminuyan en lo más mínimo. Porque son perezosos, por eso claman y dicen: 'Déjanos ir a ofrecer sacrificios a nuestro Dios.' (Éxodo 5:8)
Recárguese el trabajo sobre estos hombres, para que estén ocupados en él y no presten atención a palabras falsas." (Éxodo 5:9)

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Éxodo 5:6 - Referencia Cruzada

Uzías tenía un ejército listo para la batalla, que salía al combate por divisiones conforme al número de su alistamiento, preparado por el escriba Jeiel y el oficial Maasías, bajo la dirección de Hananías, uno de los oficiales del rey. (2 Crónicas 26:11)
Entonces Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, llamó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales, y ellos se presentaron delante de Dios. (Josué 24:1)
El justo se preocupa de la vida de su ganado, Pero las entrañas de los impíos son crueles. (Proverbios 12:10)
Así que tomé a los principales de sus tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré como dirigentes suyos: jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, y oficiales para sus tribus. (Deuteronomio 1:15)
Así que pusieron sobre ellos capataces para oprimirlos con duros trabajos; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramsés. (Éxodo 1:11)
Y el SEÑOR dijo: "Ciertamente he visto la aflicción de Mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos. (Éxodo 3:7)
Los capataces los apremiaban, diciendo: "Acaben sus tareas, su tarea diaria, como cuando tenían (había) paja." (Éxodo 5:13)
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo. (Números 11:16)
A Isaac le di a Jacob y a Esaú, y a Esaú le di el Monte Seir para que lo poseyera; pero Jacob y sus hijos descendieron a Egipto. (Josué 24:4)
Salieron, pues, los capataces del pueblo y sus jefes y hablaron al pueblo y dijeron: "Así dice Faraón: 'No les daré paja. (Éxodo 5:10)
Los jefes de los Israelitas se dieron cuenta de que estaban en dificultades, cuando les dijeron: "No deben disminuir su cantidad diaria de ladrillos." (Éxodo 5:19)
Nombrarás jueces y oficiales en todas las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, según tus tribus, y ellos juzgarán al pueblo con justo juicio. (Deuteronomio 16:18)
Todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a ambos lados del arca, delante de los sacerdotes Levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, tanto el extranjero como el nativo. La mitad de ellos estaba frente al Monte Gerizim, y la otra mitad frente al Monte Ebal, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado la primera vez, para que bendijeran al pueblo de Israel. (Josué 8:33)