Nueva Biblia Latinoamericana
Pues allí los que nos habían llevado cautivos nos pedían canciones, Y los que nos atormentaban nos pedían alegría, diciendo: "Cántennos alguno de los cánticos de Sion." (Salmos 137:3)
¿Cómo cantaremos la canción del SEÑOR En tierra extraña? (Salmos 137:4)
Si me olvido de ti, oh Jerusalén, Pierda mi diestra su destreza. (Salmos 137:5)
Péguese mi lengua al paladar Si no me acuerdo de ti, Si no enaltezco a Jerusalén Sobre mi supremo gozo.
Recuerda, oh SEÑOR, contra los hijos de Edom El día de Jerusalén, Quienes dijeron: "Arrásenla, arrásenla Hasta sus cimientos." (Salmos 137:7)
Oh hija de Babilonia, la devastada, Bienaventurado el que te devuelva El pago con que nos pagaste. (Salmos 137:8)
Bienaventurado será el que tome y estrelle tus pequeños Contra la peña. (Salmos 137:9)

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Salmos 137:6 - Referencia Cruzada

La voz de los nobles se apagaba, Y la lengua se les pegaba al paladar. (Job 29:10)
La lengua del niño de pecho se le pega Al paladar por la sed; Los pequeños piden pan, Pero no hay quien se lo reparta. (Lamentaciones 4:4)
Como un tiesto se ha secado mi vigor, Y la lengua se me pega al paladar; Me has puesto en el polvo de la muerte. (Salmos 22:15)
Los afligidos y los necesitados buscan agua, pero no la hay, Su lengua está reseca de sed. Yo, el SEÑOR, les responderé, Yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. (Isaías 41:17)
Por eso, hermanos, en toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados respecto a ustedes por medio de su fe. (1 Tesalonicenses 3:7)
Haré que tu lengua se te pegue al paladar y enmudecerás, y no serás para ellos el hombre que reprenda, porque son una casa rebelde. (Ezequiel 3:26)
conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte. (Filipenses 1:20)
Porque mejor es un día en Tus atrios que mil fuera de ellos. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios Que morar en las tiendas de impiedad. (Salmos 84:10)
Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. (Mateo 6:33)
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios. (Hechos 20:24)