Nueva Biblia Latinoamericana
Con castigos reprendes al hombre por su iniquidad; Como la polilla, consumes lo que es más precioso para él. Ciertamente, todo hombre es sólo un soplo. (Selah) (Salmos 39:11)
Escucha mi oración, oh SEÑOR, y presta oído a mi clamor; No guardes silencio ante mis lágrimas; Porque extranjero soy junto a Ti, Peregrino, como todos mis padres. (Salmos 39:12)
Aparta de mí Tu mirada, para poder alegrarme Antes de que me vaya de aquí y ya no exista." (Salmos 39:13)
Para el director del coro. Salmo de David. Esperé pacientemente al SEÑOR, Y El se inclinó a mí y oyó mi clamor.
Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; Asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. (Salmos 40:2)
Puso en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto, y temerán Y confiarán en el SEÑOR. (Salmos 40:3)
Cuán bienaventurado es el hombre que ha puesto en el SEÑOR su confianza, Y no se ha vuelto a los soberbios ni a los que caen en falsedad. (Salmos 40:4)

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Salmos 40:1 - Referencia Cruzada

¡Señor, oye mi voz! Estén atentos Tus oídos A la voz de mis súplicas. (Salmos 130:2)
Inclina Tu oído, Dios mío, y escucha. Abre Tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca Tu nombre. Pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de Ti, sino por Tu gran compasión. (Daniel 9:18)
Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, Y Sus oídos atentos a su clamor. (Salmos 34:15)
Por tanto, hermanos, sean pacientes hasta la venida del Señor. Miren cómo el labrador espera el fruto precioso de la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía. (Santiago 5:7)
Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR En la tierra de los vivientes. (Salmos 27:13)
Confía callado en el SEÑOR y espera en El con paciencia; No te irrites a causa del que prospera en su camino, Por el hombre que lleva a cabo sus intrigas. (Salmos 37:7)
Porque a mí ha inclinado Su oído; Por tanto Le invocaré mientras yo viva. (Salmos 116:2)