Nueva Biblia Latinoamericana
Observa al que es íntegro, mira al que es recto; Porque el hombre de paz tendrá descendencia. (Salmos 37:37)
Pero los transgresores serán destruidos a una; La posteridad de los impíos será exterminada. (Salmos 37:38)
Pero la salvación de los justos viene del SEÑOR; El es su fortaleza en el tiempo de la angustia. (Salmos 37:39)
El SEÑOR los ayuda y los libra; Los libra de los impíos y los salva, Porque en El se refugian.
Salmo de David. Para conmemorar. SEÑOR, no me reprendas en Tu enojo, Ni me castigues en Tu furor. (Salmos 38:1)
Porque Tus flechas se han clavado en mí, Y sobre mí ha descendido Tu mano. (Salmos 38:2)
Nada hay sano en mi carne a causa de Tu indignación; En mis huesos no hay salud a causa de mi pecado. (Salmos 38:3)

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Salmos 37:40 - Referencia Cruzada

Como aves que vuelan, así protegerá el SEÑOR de los ejércitos a Jerusalén; La protegerá y la librará, La perdonará y la rescatará. (Isaías 31:5)
En Ti confiaron nuestros padres; Confiaron, y Tú los libraste. (Salmos 22:4)
Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, Ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron. (Salmos 27:2)
Entonces Nabucodonosor dijo: "Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Nego que ha enviado a Su ángel y ha librado a Sus siervos que, confiando en El, desobedecieron la orden del rey y entregaron sus cuerpos antes de servir y adorar a ningún otro dios excepto a su Dios. (Daniel 3:28)
Aun hasta su vejez, Yo seré el mismo, Y hasta sus años avanzados, Yo los sostendré. Yo lo he hecho, y Yo los cargaré; Yo los sostendré, y Yo los libraré. (Isaías 46:4)
El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Cuando Daniel fue sacado del foso, no se encontró en él lesión alguna, porque había confiado en su Dios. (Daniel 6:23)
Levántate, SEÑOR, sal a su encuentro, derríbalo; Con Tu espada libra mi alma del impío. (Salmos 17:13)
Dios los ayudó contra ellos, y los Agarenos y todos los que estaban con ellos fueron entregados en sus manos; porque clamaron a Dios en la batalla, y Dios fue propicio a ellos porque confiaron en El. (1 Crónicas 5:20)
Ciertamente nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente. Y de su mano, oh rey, nos librará. (Daniel 3:17)
Les escribo a ustedes, padres, porque conocen a Aquél que ha sido desde el principio. Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno. Les he escrito a ustedes, niños, porque conocen al Padre. (1 Juan 2:13)
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que Aquél que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca. (1 Juan 5:18)