Nueva Biblia Latinoamericana
Si espero que el Seol (región de los muertos) sea mi casa, Hago mi lecho en las tinieblas; (Job 17:13)
Si digo al hoyo: 'Mi padre eres tú,' Y al gusano: 'Mi madre y mi hermana.' (Job 17:14)
¿Dónde está, pues, mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá? (Job 17:15)
¿Descenderá conmigo al Seol? ¿Nos hundiremos juntos en el polvo?"
Entonces Bildad, el Suhita respondió: (Job 18:1)
¿Hasta cuándo estarán rebuscando palabras? Muestren entendimiento y entonces hablaremos. (Job 18:2)
¿Por qué somos considerados como bestias, Y torpes a sus ojos? (Job 18:3)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 17:16":

Dr. Roberto Miranda
Dios te sacará siempre del Seol
El autor habla sobre la importancia de comprometerse a vivir una vida de perpetua renovación y nunca ceder a la idea de que con el paso del tiempo nos volvemos más débiles y aburridos. También habla sobre la promesa de resurrección después de la muerte y rescate del Seol.


Faustino de Jesús Zamora Vargas
Mi Dios es esperanza
Artículo sobre la importancia de confiar en Dios y tener esperanza en Él, en lugar de buscar soluciones en la politiquería y los adivinos.


Job 17:16 - Referencia Cruzada

Descendí hasta las raíces de los montes, La tierra con sus cerrojos me ponía cerco para siempre; Pero Tú sacaste de la fosa mi vida, oh SEÑOR, Dios mío. (Jonás 2:6)
Libra su alma de la fosa Y su vida de pasar al Seol (región de los muertos). (Job 33:18)
Entonces El me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos dicen: 'Nuestros huesos se han secado, y nuestra esperanza ha perecido. Estamos completamente destruidos.' (Ezequiel 37:11)
Devora su piel la enfermedad, Devora sus miembros el primogénito de la muerte. (Job 18:13)
De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos, (2 Corintios 1:9)
Allí los impíos dejan de sentir ira, Y allí reposan los cansados. (Job 3:17)
Respóndeme pronto, oh SEÑOR, porque mi espíritu desfallece; No escondas de mí Tu rostro, Para que no llegue yo a ser como los que descienden a la sepultura. (Salmos 143:7)
Soy contado entre los que descienden a la fosa; He llegado a ser como hombre sin fuerza, (Salmos 88:4)
Por causa de mi bienestar tuve gran amargura. Eres Tú quien ha guardado mi alma del abismo de la nada, Porque echaste tras Tus espaldas todos mis pecados. (Isaías 38:17)