Nueva Biblia Latinoamericana
Todo es lo mismo, por tanto digo: 'El destruye al inocente y al impío.' (Job 9:22)
Si el azote mata de repente, El se burla de la desesperación del inocente. (Job 9:23)
La tierra es entregada en manos de los impíos; El cubre el rostro de sus jueces; Si no es El, ¿entonces quién será? (Job 9:24)
Mis días son más ligeros que un corredor; Huyen, no ven el bien;
Se deslizan como barcos de juncos, Como águila que se arroja sobre su presa. (Job 9:26)
Aunque yo diga: 'Olvidaré mi queja, Cambiaré mi triste semblante y me alegraré,' (Job 9:27)
Temeroso estoy de todos mis dolores, Sé que Tú no me absolverás. (Job 9:28)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 9:25":

Charles Spurgeon
Los hombres perversos no ocasionarán nuestra caída
Consejos para mantenerse firme ante hombres malvados y engañosos. Confía en Dios y Él te protegerá.


Charles Spurgeon
El pecado no tendrá dominio sobre nosotros
El artículo trata sobre cómo el pecado no puede tener dominio sobre nosotros gracias al amor de Dios, quien enterrará nuestras iniquidades y las vencerá, sumergiéndolas en lo profundo del mar.


Job 9:25 - Referencia Cruzada

Tú has hecho mis días muy breves, Y mi existencia es como nada delante de Ti; Ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah) (Salmos 39:5)
Los correos, apresurados y apremiados por la orden del rey, salieron montados en los corceles reales; y el decreto fue promulgado en la fortaleza de Susa. (Ester 8:14)
Con castigos reprendes al hombre por su iniquidad; Como la polilla, consumes lo que es más precioso para él. Ciertamente, todo hombre es sólo un soplo. (Selah) (Salmos 39:11)
Sin embargo, ustedes no saben cómo será su vida mañana. Sólo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. (Santiago 4:14)
Recuerda cuán breve es mi vida; ¡Con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres! (Salmos 89:47)
Mis días pasan más veloces que la lanzadera de telar, Y llegan a su fin sin esperanza. (Job 7:6)
Porque por Tu furor han declinado todos nuestros días; Acabamos nuestros años como un suspiro. (Salmos 90:9)