Nueva Biblia Latinoamericana
Toda la asamblea de los que habían regresado de la cautividad hicieron tabernáculos y habitaron en ellos. Los Israelitas ciertamente no habían hecho de esta manera desde los días de Josué, hijo de Nun, hasta aquel día. Y hubo gran regocijo. (Nehemías 8:17)
Esdras leyó del Libro de la Ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último día. Celebraron la fiesta siete días, y al octavo día hubo una asamblea solemne según lo establecido. (Nehemías 8:18)
El día veinticuatro de ese mes se congregaron los Israelitas en ayuno, vestidos de cilicio y con polvo sobre sí. (Nehemías 9:1)
Y los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros, y se pusieron en pie, confesando sus pecados y las iniquidades de sus padres.
Puestos de pie, cada uno en su lugar, una cuarta parte del día estuvieron leyendo en el Libro de la Ley del SEÑOR su Dios, y otra cuarta parte, estuvieron confesando y adorando al SEÑOR su Dios. (Nehemías 9:3)
Y sobre el estrado de los Levitas se levantaron Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en alta voz al SEÑOR su Dios. (Nehemías 9:4)
Entonces los Levitas, Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías, dijeron: "Levántense, bendigan al SEÑOR su Dios por siempre y para siempre. Sea bendito Tu glorioso nombre Y exaltado sobre toda bendición y alabanza. (Nehemías 9:5)

Otras publicaciones relacionadas con "Nehemías 9:2":

Richard Booker
La fiesta de los tabernáculos
El orador habla sobre el futuro del Reino de Dios y la celebración de la fiesta de tabernáculos en Jerusalén.


Richard Booker
La fiesta de los tabernáculos
La Fiesta de los Tabernáculos es una celebración bíblica descrita en el libro de Levítico. Durante siete días, los judíos realizan rituales y sacrificios para pedir bendiciones a Dios. Jesús celebró esta fiesta y aprovechó para demostrar su poder y autoridad espiritual.


Nehemías 9:2 - Referencia Cruzada

Extiende Tu mano desde lo alto; Rescátame y líbrame de las muchas aguas; De la mano de extranjeros, (Salmos 144:7)
Pero si andamos en la Luz, como El está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado. (1 Juan 1:7)
y dije: "Dios mío, estoy avergonzado y confuso para poder levantar mi rostro a Ti, mi Dios, porque nuestras iniquidades se han multiplicado por encima de nuestras cabezas, y nuestra culpa ha crecido hasta los cielos. (Esdras 9:6)
Ahora pues, confiesen al SEÑOR, Dios de sus padres, y hagan Su voluntad; sepárense de los pueblos de esta tierra y de las mujeres extranjeras." (Esdras 10:11)
Y cuando oyeron la ley, excluyeron de Israel a todo extranjero. (Nehemías 13:3)
sino que han tomado mujeres de entre las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo se ha mezclado con los pueblos de las tierras; es más, la mano de los príncipes y de los gobernantes ha sido la primera en cometer esta infidelidad." (Esdras 9:2)
que estén atentos Tus oídos y abiertos Tus ojos para oír la oración de Tu siervo, que yo hago ahora delante de Ti día y noche por los Israelitas Tus siervos, confesando los pecados que los Israelitas hemos cometido contra Ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. (Nehemías 1:6)
Oh SEÑOR, Dios de Israel, Tú eres justo, porque hemos quedado un remanente que ha escapado, como en este día. Ahora, estamos delante de Ti con nuestra culpa, porque nadie puede estar delante de Ti a causa de esto." (Esdras 9:15)
Ciertamente has abandonado a Tu pueblo, la casa de Jacob, Porque están llenos de costumbres del oriente, Son adivinos como los Filisteos, Y hacen tratos con hijos de extranjeros. (Isaías 2:6)
Han obrado perversamente contra el SEÑOR, Porque han tenido hijos ilegítimos. Ahora los devorará la luna nueva junto con sus heredades. (Oseas 5:7)
Rescátame y líbrame de la mano de extranjeros, Cuya boca habla falsedad Y cuya diestra es diestra de mentira. (Salmos 144:11)
Así los purifiqué de todo lo extranjero, y designé oficios para los sacerdotes y Levitas, cada uno en su ministerio, (Nehemías 13:30)
Nosotros hemos pecado como nuestros padres, Hemos hecho iniquidad, nos hemos conducido impíamente. (Salmos 106:6)
Aún estaba yo hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica delante del Señor mi Dios por el santo monte de mi Dios, (Daniel 9:20)
Así que los que sobrevivan de ustedes se pudrirán a causa de su iniquidad en la tierra de sus enemigos; también a causa de las iniquidades de sus antepasados se pudrirán junto con ellos. (Levítico 26:39)
Volví mi rostro a Dios el Señor para buscarlo en oración y súplicas, en ayuno, cilicio y ceniza. (Daniel 9:3)