Después destruyeron todas las ciudades alrededor de Gerar, porque el terror del SEÑOR había caído sobre ellas; y todas las saquearon, pues había mucho botín en ellas.
(2 Crónicas 14:14)También hirieron a los que poseían ganado, y se llevaron gran cantidad de ovejas y camellos. Entonces regresaron a Jerusalén.
(2 Crónicas 14:15)y salió al encuentro de Asa y le dijo: "Oiganme, Asa y todo Judá y Benjamín: el SEÑOR estará con ustedes mientras ustedes estén con El. Y si Lo buscan, se dejará encontrar por ustedes; pero si Lo abandonan, El los abandonará.
Por muchos días Israel estuvo sin el Dios verdadero y sin sacerdote que enseñara, y sin ley.
(2 Crónicas 15:3)Pero en su angustia se volvieron al SEÑOR, Dios de Israel, y Lo buscaron, y El se dejó encontrar por ellos.
(2 Crónicas 15:4)En aquellos tiempos no había paz para el que salía ni para el que entraba, sino muchas tribulaciones sobre todos los habitantes de las tierras.
(2 Crónicas 15:5)Otras publicaciones relacionadas con "2 Crónicas 15:2":
2 Crónicas 15:2 - Referencia Cruzada
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquél que lo recibe."'"
(Apocalipsis 2:17)Cuando salgas a la batalla contra tus enemigos y veas caballos y carros, y pueblo más numeroso que tú, no tengas temor de ellos; porque el SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto está contigo.
(Deuteronomio 20:1)Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá.
(Mateo 7:7)Para el director del coro. Salmo de los hijos de Coré. Oigan esto, pueblos todos; Escuchen, habitantes todos del mundo,
(Salmos 49:1)Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa. Cuando salían, Josafat se puso en pie y dijo: "Oiganme, Judá y habitantes de Jerusalén, confíen en el SEÑOR su Dios, y estarán seguros. Confíen en Sus profetas y triunfarán."
(2 Crónicas 20:20)Ustedes me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé.
(Jeremías 29:12)Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo (que dudan), purifiquen sus corazones.
(Santiago 4:8)y dijo Jahaziel: "Presten atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así les dice el SEÑOR: 'No teman, ni se acobarden delante de esta gran multitud, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios.
(2 Crónicas 20:15)Y todo Judá se alegró en cuanto al juramento, porque habían jurado de todo corazón y habían buscado sinceramente al SEÑOR y El se dejó encontrar por ellos. Y el SEÑOR les dio tranquilidad por todas partes.
(2 Crónicas 15:15)No necesitan pelear en esta batalla; tomen sus puestos y estén quietos, y vean la salvación del SEÑOR con ustedes, oh Judá y Jerusalén.' No teman ni se acobarden; salgan mañana al encuentro de ellos porque el SEÑOR está con ustedes."
(2 Crónicas 20:17)Cuando estaba en angustia, Manasés imploró al SEÑOR su Dios, y se humilló grandemente delante del Dios de sus padres.
(2 Crónicas 33:12)El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'"
(Apocalipsis 3:13)Entonces Abías se levantó en el Monte Zemaraim que está en la región montañosa de Efraín, y dijo: "Escúchenme, Jeroboam y todo Israel:
(2 Crónicas 13:4)El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios."'"
(Apocalipsis 2:7)Así que Dios está con nosotros a la cabeza, y Sus sacerdotes con las trompetas de aviso para tocar la alarma contra ustedes. ¡Oh Israelitas!, no luchen contra el SEÑOR, Dios de sus padres, porque nada lograrán."
(2 Crónicas 13:12)Pero en su angustia se volvieron al SEÑOR, Dios de Israel, y Lo buscaron, y El se dejó encontrar por ellos.
(2 Crónicas 15:4)El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'"
(Apocalipsis 3:6)Abandonaré al remanente de Mi heredad y los entregaré en mano de sus enemigos, y serán para presa y despojo para todos sus enemigos;
(2 Reyes 21:14)Con él está sólo un brazo de carne, pero con nosotros está el SEÑOR nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas." Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá.
(2 Crónicas 32:8)Cuando el reino de Roboam se había afianzado y fortalecido, él abandonó la ley del SEÑOR y todo Israel con él.
(2 Crónicas 12:1)El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'"
(Apocalipsis 2:29)Entonces Isaías dijo: "Oigan ahora, casa de David: ¿Les parece poco cansar a los hombres, que también cansarán a mi Dios?
(Isaías 7:13)El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la muerte segunda."'"
(Apocalipsis 2:11)El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'"
(Apocalipsis 3:22)MAS MI JUSTO VIVIRA POR LA FE; Y SI RETROCEDE, MI ALMA NO SE COMPLACERA EN EL.
(Hebreos 10:38)Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joiada. El se puso en pie, en un lugar más alto que el pueblo, y les dijo: "Así ha dicho Dios: '¿Por qué quebrantan ustedes los mandamientos del SEÑOR y no prosperan ? Por haber abandonado al SEÑOR, El también los ha abandonado.'"
(2 Crónicas 24:20)Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado, Llámenlo en tanto que está cerca.
(Isaías 55:6)En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si Lo buscas, El te dejará que Lo encuentres; pero si Lo abandonas, El te rechazará para siempre.
(1 Crónicas 28:9)Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a Su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy Israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.
(Romanos 11:1)Cuando se lo informaron a Jotam, fue y se paró en la cumbre del Monte Gerizim, y alzando su voz, clamó y les dijo: "Escúchenme, habitantes de Siquem, para que los oiga Dios.
(Jueces 9:7)Tengan cuidado de no rechazar a Aquél que habla. Porque si aquéllos no escaparon cuando rechazaron al que les amonestó sobre la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si nos apartamos de Aquél que nos amonesta desde el cielo.
(Hebreos 12:25)