Nueva Biblia Latinoamericana
Tres de los treinta jefes descendieron a la roca donde estaba David, en la cueva de Adulam, mientras el ejército de los Filisteos acampaba en el Valle de Refaim. (1 Crónicas 11:15)
David estaba entonces en la fortaleza, mientras la guarnición de los Filisteos estaba en Belén (Casa del Pan). (1 Crónicas 11:16)
David sintió un gran deseo, y dijo: "¡Quién me diera a beber agua del pozo de Belén que está junto a la puerta!" (1 Crónicas 11:17)
Entonces los tres se abrieron paso por el campamento de los Filisteos, y sacando agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta, se la llevaron y la trajeron a David; pero David no quiso beberla, sino que la derramó para el SEÑOR,
y dijo: "Lejos esté de mí que haga tal cosa delante de mi Dios. ¿Beberé la sangre de estos hombres que fueron con riesgo de sus vidas? Porque con riesgo de sus vidas la trajeron." Por eso no quiso beberla. Estas cosas hicieron los tres valientes. (1 Crónicas 11:19)
Y Abisai, hermano de Joab, era el primero de los treinta, y blandió su lanza contra 300 y los mató; y él tuvo tanto renombre como los tres. (1 Crónicas 11:20)
De los treinta en el segundo grupo, él fue el más distinguido y llegó a ser capitán de ellos; pero no igualó a los tres primeros. (1 Crónicas 11:21)

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1 Crónicas 11:18 - Referencia Cruzada

Se reunieron los Israelitas en Mizpa, y sacaron agua y la derramaron delante del SEÑOR, ayunaron aquel día y dijeron allí: "Hemos pecado contra el SEÑOR." Y Samuel juzgó a los Israelitas en Mizpa. (1 Samuel 7:6)
Pues el amor de Cristo nos apremia (nos controla), habiendo llegado a esta conclusión: que Uno murió por todos, y por consiguiente, todos murieron. (2 Corintios 5:14)
Ponme como un sello sobre tu corazón, Como un sello sobre tu brazo, Porque fuerte como la muerte es el amor, Inexorables como el Seol, los celos; Sus destellos, son destellos de fuego, La llama misma del SEÑOR. (Cantares 8:6)
Porque puso su vida en peligro e hirió al Filisteo, y el SEÑOR trajo una gran liberación a todo Israel; usted lo vio y se regocijó. ¿Por qué, pues, pecará contra sangre inocente, dando muerte a David sin causa?" (1 Samuel 19:5)
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios. (Hechos 20:24)
Entonces Pablo respondió: "¿Qué hacen, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús." (Hechos 21:13)