Nueva Biblia Latinoamericana
¿Cómo, pues, puedes rechazar a un oficial de los menores de los siervos de mi señor, y confiar en Egipto para tener carros y hombres de a caballo? (2 Reyes 18:24)
¿He subido ahora sin el consentimiento del SEÑOR contra este lugar para destruirlo? El SEÑOR me dijo: 'Sube contra esta tierra y destrúyela.'"'" (2 Reyes 18:25)
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: "Le rogamos que hable a sus siervos en Arameo, porque nosotros lo entendemos, y no nos hable en la lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla." (2 Reyes 18:26)
Pero el Rabsaces les dijo: "¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras sólo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y beber su propia orina con ustedes?"
El Rabsaces se puso en pie, gritó a gran voz en la lengua de Judá, y dijo: "Escuchen la palabra del gran rey, el rey de Asiria. (2 Reyes 18:28)
Así dice el rey: 'Que no los engañe Ezequías, porque él no los podrá librar de mi mano; (2 Reyes 18:29)
ni que Ezequías les haga confiar en el SEÑOR, diciendo: "Ciertamente el SEÑOR nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.'" (2 Reyes 18:30)

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2 Reyes 18:27 - Referencia Cruzada

Entonces comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el SEÑOR tu Dios te ha dado, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirá. (Deuteronomio 28:53)
Entonces El me dijo: "Mira, te concedo que prepares tu pan sobre estiércol de vaca en lugar de sobre excremento humano." (Ezequiel 4:15)
Y hubo gran hambre en Samaria. La sitiaron de tal modo que la cabeza de un asno se vendía por ochenta siclos (912 gramos) de plata, y medio litro de estiércol de paloma por cinco siclos de plata. (2 Reyes 6:25)
Se burlan, y con maldad hablan de opresión; Hablan desde su encumbrada posición. (Salmos 73:8)
Entonces el SEÑOR dijo: "Así comerán los Israelitas su pan inmundo entre las naciones donde los arrojaré." (Ezequiel 4:13)
Los que comían manjares Andan desolados por las calles; Los que se criaron entre púrpura Abrazan cenizales. (Lamentaciones 4:5)