Nueva Biblia Latinoamericana
Pero si no nos escuchan, y no se circuncidan, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos." (Génesis 34:17)
Sus palabras parecieron razonables a Hamor y a Siquem, hijo de Hamor. (Génesis 34:18)
El joven, pues, no tardó en hacerlo porque estaba enamorado de la hija de Jacob. Y él era el más respetado de toda la casa de su padre. (Génesis 34:19)
Entonces Hamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los hombres de la ciudad:
Estos hombres están en paz con nosotros; déjenlos, pues, morar en la tierra y comerciar en ella, porque vean, la tierra es bastante amplia para ellos. Tomemos para nosotros a sus hijas por mujeres y démosles nuestras hijas. (Génesis 34:21)
Pero sólo con esta condición consentirán ellos en morar con nosotros para que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos están circuncidados. (Génesis 34:22)
¿No serán nuestros su ganado y sus propiedades y todos sus animales? Consintamos sólo en esto, y morarán con nosotros." (Génesis 34:23)

Otras publicaciones relacionadas con "Génesis 34:20":

Dr. Roberto Miranda
Una oportunidad desperdiciada
Este sermón habla sobre cómo reaccionamos ante las ofensas y conflictos en nuestras vidas, y la importancia de vivir conforme a los principios del Reino de Dios. Se utiliza la historia de Dina en Génesis para ilustrar cómo los hijos de Dios deben poner por encima los valores del Reino de Dios, como la paz, la misericordia y el perdón.


Dr. Roberto Miranda
Verdaderamente ofendidos! ¿cuál debe ser la respuesta?
En este sermón, el pastor Roberto Miranda reflexiona sobre la historia de Dina y Siquem en Génesis 34 para ilustrar la complejidad de la ofensa y la necesidad de buscar la resolución pacífica, y cómo podemos reconciliar nuestras necesidades de justicia con la necesidad de que la ley prevalezca.


Génesis 34:20 - Referencia Cruzada

Aborrezcan el mal, amen el bien, Y establezcan la justicia (el derecho) en la puerta (de la ciudad). Tal vez el SEÑOR, Dios de los ejércitos, Sea misericordioso con el remanente de José. (Amós 5:15)
Su marido es conocido en las puertas de la ciudad, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. (Proverbios 31:23)
Absalón se levantaba temprano y se situaba junto al camino de la puerta; y sucedía que todo aquél que tenía un pleito y venía al rey para juicio, Absalón lo llamaba y decía: "¿De qué ciudad eres?" Y éste respondía: "Tu siervo es de una de las tribus de Israel." (2 Samuel 15:2)
Estas son las cosas que deben hacer: díganse la verdad unos a otros, juzguen con verdad y con juicio de paz en sus puertas (tribunales), (Zacarías 8:16)
Ellos odian en la puerta (de la ciudad) al que reprende, Y aborrecen al que habla con integridad. (Amós 5:10)
Pues yo sé que muchas son sus transgresiones y graves sus pecados: Oprimen al justo, aceptan soborno Y rechazan a los pobres en la puerta (de la ciudad). (Amós 5:12)
Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Y Efrón, el Hitita, respondió a Abraham a oídos de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad: (Génesis 23:10)
entonces sacarás a tus puertas (de la ciudad) a ese hombre o a esa mujer que ha cometido esta mala acción, y los apedrearás, al hombre o a la mujer, hasta que mueran. (Deuteronomio 17:5)
de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos. (Génesis 22:17)
Cuando yo salía a la puerta de la ciudad, Cuando en la plaza tomaba mi asiento, (Job 29:7)
Booz subió a la puerta y allí se sentó, y cuando el pariente más cercano de quien Booz había hablado iba pasando, le dijo: "Oye, amigo, ven acá y siéntate." Y él vino y se sentó. (Rut 4:1)