Entonces Hamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los hombres de la ciudad:
(Génesis 34:20)Estos hombres están en paz con nosotros; déjenlos, pues, morar en la tierra y comerciar en ella, porque vean, la tierra es bastante amplia para ellos. Tomemos para nosotros a sus hijas por mujeres y démosles nuestras hijas.
(Génesis 34:21)Pero sólo con esta condición consentirán ellos en morar con nosotros para que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos están circuncidados.
(Génesis 34:22)¿No serán nuestros su ganado y sus propiedades y todos sus animales? Consintamos sólo en esto, y morarán con nosotros."
Y escucharon a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salían por la puerta de la ciudad, y fue circuncidado todo varón: todos los que salían por la puerta de la ciudad.
(Génesis 34:24)Pero sucedió que al tercer día, cuando estaban con más dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.
(Génesis 34:25)Mataron también a Hamor y a su hijo Siquem a filo de espada, y tomaron a Dina de la casa de Siquem, y salieron.
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Génesis 34:23 - Referencia Cruzada
Jesús les respondió: "En verdad les digo, que Me buscan, no porque hayan visto señales (milagros), sino porque han comido de los panes y se han saciado.
(Juan 6:26)Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
(1 Timoteo 6:6)No te fatigues en adquirir riquezas, Deja de pensar en ellas .
(Proverbios 23:4)A los que vendían palomas les dijo: "Quiten esto de aquí; no hagan de la casa de Mi Padre una casa de comercio."
(Juan 2:16)Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana (Artemisa) y producía no pocas ganancias a los artífices,
(Hechos 19:24)Devorémoslos vivos como el Seol, Enteros, como los que descienden al abismo;
(Proverbios 1:12)El hombre fiel abundará en bendiciones, Pero el que se apresura a enriquecerse no quedará sin castigo.
(Proverbios 28:20)