Y les dijeron: "No podemos hacer tal cosa, dar nuestra hermana a un hombre no circuncidado, pues para nosotros eso es una deshonra.
(Génesis 34:14)Sólo con esta condición los complaceremos: si ustedes se hacen como nosotros, circuncidándose cada uno de sus varones;
(Génesis 34:15)entonces sí les daremos nuestras hijas, y tomaremos sus hijas para nosotros, y moraremos con ustedes y seremos un solo pueblo.
(Génesis 34:16)Pero si no nos escuchan, y no se circuncidan, entonces tomaremos a nuestra hija y nos iremos."
Sus palabras parecieron razonables a Hamor y a Siquem, hijo de Hamor.
(Génesis 34:18)El joven, pues, no tardó en hacerlo porque estaba enamorado de la hija de Jacob. Y él era el más respetado de toda la casa de su padre.
(Génesis 34:19)Entonces Hamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los hombres de la ciudad:
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