Sermon clásico #6058: Una herencia gloriosa
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
El pasaje de 1 Pedro 1:3-12 habla de la esperanza gloriosa que Dios ha llamado a todo creyente. Pedro comienza con una alabanza a Dios, reconociendo su grande misericordia y su paternidad sobre Cristo Jesús. La alabanza debe ser una parte integral de la vida del creyente y debe estar cimentada en lo que Cristo ha hecho por nosotros en la cruz. Pedro habla de la resurrección de Jesucristo como el fundamento de nuestra esperanza y de una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para nosotros. Esta herencia es como una riqueza dejada gratuitamente por el testador a los que ama y ha sido posible por medio de la muerte de Cristo. La esperanza del cristiano es única y se basa en un hecho histórico de proporciones inmensas, la resurrección de Cristo.
En este pasaje, el Apóstol Pedro habla de la herencia que tenemos como cristianos, una herencia que es incorruptible, incontaminada e inmarcesible. Esta herencia nos ha sido dejada por Cristo en su muerte y es una promesa de vida eterna y de bendiciones celestiales. La implicación práctica es que debemos invertir nuestras energías y talentos en esta vida eterna y no en cosas que se corrompen y pierden su valor con el tiempo. Además, debemos renovar continuamente nuestro brillo interior de la esperanza a través de la oración, la alabanza y el servicio al Señor. Por último, la herencia que tenemos está protegida por el poder de Dios y no depende de nosotros, sino de Cristo Jesús.
La salvación y el éxito en la vida cristiana no dependen de nosotros, sino de Cristo Jesús. Debemos confiar en Él y trabajar por el Señor, celebrando la herencia gloriosa que nos ha dado. Debemos estar firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre. Las palabras de Pablo nos recuerdan que debemos dar gracias a Dios por la victoria que nos da por medio de Cristo. El Señor nos bendiga.Primera de Pedro, capítulo 1, versículos del 3 al 12, una epístola escrita verdaderamente para nuestros tiempos, aunque fue escrita casi 2000 años atrás y el Señor ha puesto en mi corazón compartir con ustedes algunas ideas de esta primera epístola del Apóstol Pedro. Vamos a buscar en los versículos del 3 al 12, y dice allí la palabra del Señor:
“… bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo del muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe para alcanzar la salvación, está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero….”