Sansón - la importancia de no desperdiciar el llamado ni el don de Dios
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
En esta meditación, el pastor habla sobre la importancia de apreciar y valorar el llamado y la unción que Dios ha puesto en nuestras vidas. Para ilustrar esto, se enfoca en dos personajes bíblicos que desperdiciaron su don y llamado: Esaú y Sansón. El pastor se enfoca en la historia de Sansón, quien nació en un contexto de opresión y guerra en Israel. Dios lo concibió como un libertador para su pueblo y le dio una fuerza física excepcional a través de su nazareato. A pesar de esto, Sansón no se comportó de manera disciplinada en su vida, especialmente en el área sexual, y esto lo llevó a perder su don y llamado. El pastor advierte sobre la importancia de cuidar y proteger nuestro don y llamado, y de identificar nuestros lados débiles para que el enemigo no nos ataque por ahí.
El relato de Sansón nos enseña que todos tenemos un lado débil que el diablo busca explotar. Debemos identificar y proteger nuestro don y llamado de Dios. El don viene de Dios y requiere consagración y entrega. Dios no se casa con nadie y si no cuidamos el don, lo quita. Debemos estar conscientes de que el poder de Dios viene de Él y nuestra capacidad para hacer grandes cosas depende de nuestra vasija. La consagración es el precio del don y debemos cuidarlo para que Dios lo use en nuestra vida.
El don y la unción de Dios tienen un origen, un costo y un peligro. El origen es de Dios y si no te mantienes consagrado y limpio, Dios te lo quita. El costo implica una vida de abstinencias, disciplina y lucha interior. Si quieres que Dios te use, tienes que pagar el precio. El peligro es que todo hombre o mujer de Dios con un llamado tiene enemigos que buscan su punto flaco para derribarlo. Por eso, es importante buscar la unción del Espíritu Santo, consagrarse y vivir enyugado a Jesús para que el poder de Dios fluya a través de ti y puedas vencer a tus enemigos.
El sermón habla sobre la importancia y el peligro de la unción divina. La unción es una bendición y un poder de Dios que puede hacer cosas increíbles, pero también tiene un precio, un origen y un peligro. El precio incluye una vida consagrada y santificada, mientras que el origen es la gracia y la misericordia de Dios. El peligro radica en que, cuando uno acepta ser una fuente de bendición en el mundo, se convierte en un objetivo para los enemigos del diablo. La única manera de evitar el fracaso es caminar con Dios y cubrirse la espalda. El sermón termina con una palabra de esperanza, recordando la historia de Sansón y cómo, al arrepentirse y buscar la presencia de Dios, pudo redimir su necedad y destruir a sus enemigos. El predicador anima a la congregación a consagrarse a Dios y buscar su gloria y unción.Hay dos personajes que han estado flotando en mi mente e inquietándome muchísimo que son como ilustraciones gráficas de este concepto de la santidad y de la consagración que hemos estado hablando. No hay nada como una buena ilustración muchas veces para apretar bien algo que se nos ha dicho en una forma teórica, abstracta, una buena ilustración como que afinca bien en el corazón y en la mente algo que hemos aprendido. Y a veces la gente ni se recuerda de lo que predicamos pero se acuerda de una buena ilustración, una buena imagen.
Y hay dos personajes que Dios ha traído a mi mente y que yo lo he estado meditando sobre ellos. Y he estado edificándome con ellos también y me han estado advirtiendo, por usar esa palabra también, acerca de la importancia de cuidar nuestro don, cuidar nuestro llamado, no desperdiciar el llamado ni el don de Dios.