Alcanzando restauración
Fanny RodríguezEn una ocasión entré en una sala de cirugía acompañando una amiga en el proceso de una cesaría. La sala estaba impecable, por lo cual me colocaron una bata, guantes, tapabocas, me cubrieron el cabello, e incluso me hicieron calzar uno botines. Aunque yo no era la intervenida, debía vestirme apropiadamente.
Como mencioné la sala estaba impecable, pero minutos más tarde la sangre ensucio las sabanas blancas y aún el cirujano al aplicar el bisturí salpicó sangre en su blanca vestidura, se desordenó y ensucio el área, pero al final nació la preciosa bebé y continuaron la tarea de saturar y salimos con gran alegría por el éxito del proceso.