Queremos a Cristo levantar, ver su bandera en la ciudad
Dr. Roberto Miranda
(Audio: Español)
RESUMEN: El pastor habla acerca de la necesidad de una iglesia avivada que se mueva y fluya en el Espíritu Santo. Explica que la profecía puede ser cualquier mensaje de Dios en la unción del Espíritu Santo, y que la espontaneidad puede convertirse en un rito si no se tiene cuidado. También habla acerca de la importancia de entender lo que se está diciendo al cantar y orar, y de estar a tono con lo que Dios quiere hacer en la iglesia en este tiempo. El pastor menciona la historia de los peregrinos que llegaron a Provincetown y fundaron esta nación, y cómo éstos establecieron un pacto con el Señor para dedicar la tierra a Él. Finalmente, el pastor anima al pueblo de Dios a reclamar la herencia cristiana y a declarar el señorío de Cristo en esta nación.
El pastor está hablando sobre la necesidad de que la iglesia reconquiste la tierra y entregue lo que le pertenece a Dios. Él cree que antes de que Cristo venga, la iglesia debe conquistar regiones en la política, la cultura, la educación y otros ámbitos. Él insta a la congregación a leer el libro de los Hechos y buscar más del Espíritu Santo para poder lograr esta conquista. También habla sobre un último avivamiento y derramamiento del Espíritu Santo que conducirá a la salvación de muchas personas.
El orador habla sobre la necesidad de reconquistar la tierra para el Señor y ver su bandera en la ciudad. Él cree que habrá grandes conversiones en diferentes partes del mundo, incluyendo la India y Asia, y que los judíos también se convertirán al Señor. El orador también habla sobre la necesidad de una iglesia avivada y valiente que no tenga miedo de la lucha y el conflicto para tomar posesión de la tierra para el Señor. Él cree que habrá una última efusión del Espíritu Santo y que debemos buscar ser parte de ella.
El pastor está hablando sobre la necesidad de que la iglesia reconquiste la tierra y entregue lo que le pertenece a Dios. Él cree que antes de que Cristo venga, la iglesia debe conquistar regiones en la política, la cultura, la educación y otros ámbitos. Él insta a la congregación a leer el libro de los Hechos y buscar más del Espíritu Santo para poder lograr esta conquista. También habla sobre un último avivamiento y derramamiento del Espíritu Santo que conducirá a la salvación de muchas personas.
El orador habla sobre la necesidad de reconquistar la tierra para el Señor y ver su bandera en la ciudad. Él cree que habrá grandes conversiones en diferentes partes del mundo, incluyendo la India y Asia, y que los judíos también se convertirán al Señor. El orador también habla sobre la necesidad de una iglesia avivada y valiente que no tenga miedo de la lucha y el conflicto para tomar posesión de la tierra para el Señor. Él cree que habrá una última efusión del Espíritu Santo y que debemos buscar ser parte de ella.
Vamos a Hechos, capítulo 2. El domingo pasado estuvimos hablando, no entramos de lleno en el texto mismo del capítulo 2, del libro de los Hechos pero hablamos acerca de la necesidad de una iglesia avivada, a diferencia de la iglesia juanina, como yo la llamé. Juan predicó que él bautizaba con agua, pero que vendría uno después de él que bautizaba con el Espíritu Santo y con fuego, ese era el Señor Jesucristo.
Y hablábamos de la necesidad de esa iglesia que se moviera, fluyera en el pueblo de Dios y que fuera movida por el Espíritu Santo como nosotros hemos visto esta tarde en nuestro servicio, una iglesia que fluye en alabanza, fluye en ministración, fluye en palabra profética. No sé si usted sabe que eso es lo que estábamos haciendo, profetizando. Cuando nosotros decimos queremos a Cristo levantar y un paso hacia adelante y queremos ver a Cristo… eso es profecía. Cuando estamos cantando, un río de vida está fluyendo de tu trono, oh Dios. Que estamos diciendo, estamos haciendo una afirmación por fe, y estamos profetizando que eso es lo que va a suceder. A veces creemos que la profecía solamente, oh Dios, así te dicen Señor, escucha. No necesariamente. Profetizar puede ser simplemente anunciar, un mensaje de Dios en la unción del Espíritu Santo del momento. Profecía puede inclusive ser coger un versículo de la Biblia y proferirlo para un momento dado, para una persona.
Y hablábamos de la necesidad de esa iglesia que se moviera, fluyera en el pueblo de Dios y que fuera movida por el Espíritu Santo como nosotros hemos visto esta tarde en nuestro servicio, una iglesia que fluye en alabanza, fluye en ministración, fluye en palabra profética. No sé si usted sabe que eso es lo que estábamos haciendo, profetizando. Cuando nosotros decimos queremos a Cristo levantar y un paso hacia adelante y queremos ver a Cristo… eso es profecía. Cuando estamos cantando, un río de vida está fluyendo de tu trono, oh Dios. Que estamos diciendo, estamos haciendo una afirmación por fe, y estamos profetizando que eso es lo que va a suceder. A veces creemos que la profecía solamente, oh Dios, así te dicen Señor, escucha. No necesariamente. Profetizar puede ser simplemente anunciar, un mensaje de Dios en la unción del Espíritu Santo del momento. Profecía puede inclusive ser coger un versículo de la Biblia y proferirlo para un momento dado, para una persona.
