Párate firme sobre las promesas de Dios
Dr. Roberto MirandaPablo dice, en efecto: “No dejen que nada en este mundo les quite la paz. Antes bien, enfoquen sus energías en dejarle saber a Dios lo que ustedes necesitan. Y al mantener la mirada puesta en Jesucristo por medio de la oración, experimentarán la paz inexplicable de Dios”. ¡Hermosa receta para la salud emocional!
Si en vez de correr para aquí y para allá frenéticamente cuando vienen los problemas a nuestra vida pasáramos más tiempo en el cuarto de oración y meditáramos más en Dios, seríamos más saludables, nos desgastaríamos menos físicamente, y lograríamos mucho más en la vida.
Esta idea nos recuerda el principio espiritual que emplea Pablo en Efesios 6: 10-19 con respecto a la guerra espiritual. Allí se nos llama a vestirnos de toda la armadura de Dios, para que podamos “estar firmes” contra los ataques del diablo. Tres veces en este pasaje se alude a la idea de estar firmes. No se habla tanto de atacar como de mantenerse en posición. Esta expresión en el griego original (histemi) se refiere primordialmente a la idea de pararse o mantenerse firme, como un soldado manteniendo su posición en la línea de batalla.
A veces, todo lo que tiene que hacer el cristiano es mantenerse tranquilo, pararse firme y resistir al diablo, y dice la Palabra que él tendrá que huir de nosotros. No tenemos ni siquiera que atacarlo activamente. Resistir firmemente y pararnos sobre lo que Dios ha declarado será suficiente para que en algún momento el Enemigo tenga que meter la cola entre las piernas y abandonar el campo de batalla, derrotado y avergonzado. Pablo dice en Efesios 6:13: “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”.
Manteniendo la mirada resueltamente puesta en Dios, confesando su bondad y fidelidad, y parándonos sobre sus promesas podemos superar cualquier tormenta que la vida pueda lanzar en nuestra dirección. Esa paz que inundará nuestro corazón será una poderosa arma que desatará el poder del cielo a nuestro favor y tarde o temprano nos dará la victoria.