Mi Dios es plenitud
Faustino de Jesús Zamora VargasLa historia de la redención no cesa de tropezar con la impertinencia de la idolatría del hombre. Dios no pasa por alto esos detalles, pero Él es bueno y grande en misericordia. Nada ni nadie podrá detener los propósitos del plan redentor de Dios. Sin embargo, el hombre sigue intentando buscar a Dios en las cosas creadas y no en su esencia.
El mundo de hoy, regido por toda suerte de ególatras (estas son las personas llenas de vanidad personal y de afanes fantasiosos de grandeza) que se alimentan de la pacotilla irracional de los símbolos y la cursilería, es un antro de religiosidad superficial.