Mi Dios es Dios fuerte
Faustino de Jesús Zamora VargasDios no sólo es fortaleza, ni fuerza, sino poder. Hay quienes tienen fuerza, pero no tienen poder. Por eso hasta el débil, ante Dios, es investido de poder del Espíritu Santo.
Ahí tenemos a Pablo cuando le decía a los corintios: “Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Co 12.10). La fortaleza de Pablo no estriba en su fuerza, sino en el poder dado por el Espíritu para sostenerse frente a todo tipo de tribulación y sufrimiento. El Señor de Pablo le libró de prisiones y naufragios, le salvó de mordedura de serpiente, brindó consuelo en la humillación de los azotes y le proveyó de pan en las horas de debilidad.