La balance entre santidad y gracia
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
La vida en la palabra de Dios es una vida sólida y que avanza. En la epístola a los Romanos, Pablo muestra que nadie puede justificarse ante Dios por sus buenas obras y que la salvación es por la gracia a través de Jesucristo. En el Capítulo 7, Pablo sigue desarrollando ideas acerca de la muerte y la vida en Cristo. Al morir a la ley y al pecado, resucitamos para ser de Cristo y llevar fruto para Dios. La ley no es mala en sí misma, pero señala la condición humana que apunta inevitablemente hacia el pecado. Ley con L mayúscula se refiere a la ley judaica, mientras que ley con 'l' minúscula se refiere a la religión muerta y estéril de mandamientos. Dios quiere que aprendamos a discernir el espíritu de Cristo en cada situación de la vida en lugar de seguir una lista de mandamientos.
En lugar de dar mandamientos para cada situación en la vida, Dios quiere que desarrollemos una espiritualidad madura y aprendamos principios de vida y espiritualidad. Debemos buscar una religión y una espiritualidad que tengan flexibilidad y vida. Cristo nos hizo libres y debemos disfrutar de la vida y ser gente agradable y atractiva. Necesitamos ser honestos acerca de nuestros pecados y tener una iglesia que sea transparente y llena de misericordia y amor. El Apóstol Pablo reconoció que la humanidad está inherentemente construida para pecar y necesitamos un salvador para pagar el precio de nuestro pecado.
La santidad es importante para nuestro bienestar y para evitar las consecuencias del pecado en nuestras vidas y en la vida de los que nos rodean. Sin embargo, Dios también nos ofrece la seguridad de que si fallamos, Jesús pagará por nuestros pecados y nos limpiará. Debemos aspirar a ser santos y agradar a Dios, pero también descansar en la gracia y la misericordia de Dios. Debemos buscar un equilibrio entre el llamado a la santidad y la seguridad en Cristo. Dios nos conoce y entiende nuestras limitaciones, y nos ama y acepta a pesar de nuestros errores. Debemos ser una comunidad que mantiene ese equilibrio y que extiende la gracia y el perdón a los demás.La vida vivida en la palabra de Dios es una vida sólida, es una vida que avanza y que crece. Vamos, hermanos, a la palabra del Señor. Voy a ser juicioso en el uso del tiempo porque hemos hecho muchas cosas ya que son de bendición pero precisamente de eso se trata; queremos ser una iglesia que honre la palabra de Dios y que reconozca su importancia. Y hemos estado haciendo este recorrido a través de la carta a los Romanos que nos ha mostrado el misterio de la vida vivida sobre la gracia de Dios.
Hay un reconocimiento central en toda esta epístola a los Romanos de que el hombre no se puede salvar por su propia justicia. Pablo se encarga, una y otra vez de mostrarnos que nadie puede justificarse delante de Dios por sus buenas obras. Ningún ser humano puede decir yo voy a entrar al cielo porque me comporté perfectamente, como Dios esperaba. Todos hemos fallado y fallaremos. Y Pablo lo puso muy bien, “... por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gracia de Dios....”