Romanos 13 - Someterse a las autoridades
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
El capítulo 13 de Romanos trata sobre cómo los cristianos deben relacionarse con las autoridades civiles y respetar las leyes de la nación en la que viven. Pablo enfatiza que debemos ser ciudadanos modelos y no rebeldes, respetando todas las leyes y siendo respetuosos ante la autoridad. También se nos llama a orar por nuestras autoridades y a ser ejemplares en nuestra conducta civil, pagando impuestos y deudas, y caminando rectamente. La autoridad está instituida por Dios y los gobiernos, aunque no son perfectos, son una gracia que Dios ha dado a la humanidad caída. En casos extremos, como leyes que son contrarias a la ley de Dios, hay lugar para resistir.
En este discurso, el orador habla sobre la importancia de respetar la autoridad y cómo esto se aplica en diferentes situaciones, incluyendo el gobierno, el trabajo y la familia. El orador argumenta que la postura básica de un cristiano debe ser el respeto a la autoridad, pero reconoce que hay momentos en que es necesario resistir leyes injustas. El orador también enfatiza la importancia de respetar a los padres y maestros, y critica la cultura actual que desprecia la autoridad. En general, el orador cree que el respeto a la autoridad es esencial para una vida cristiana saludable y próspera.
Si tus padres te hicieron daño cuando eras niño, puede ser difícil relacionarte con la autoridad. Es importante examinarnos para asegurarnos de que estamos viviendo en respeto a la autoridad, como nos llama la palabra de Dios. Oremos por la ayuda del Espíritu Santo para vivir en respeto a las autoridades superiores. Que Dios les bendiga. Amen.Capítulo 13 de la epístola a los Romanos: “....Sométase toda persona a las autoridades superiores porque no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hay por Dios han sido establecidas.
De modo que quien se opone a la autoridad a lo establecido por Dios resiste y los que resisten acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres pues no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás alabanza de ella, porque es servidor de Dios –es decir, la persona en autoridad es servidor de Dios- para tu bien, pero si haces lo malo, teme porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia, pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.