Jesús es nuestra gloria
Faustino de Jesús Zamora VargasGlorificar a Dios es nuestro propósito de vida y debiera ser el más celoso anhelo del corazón del cristiano comprometido que desea agradarle. Expresar con los labios ¡Gloria a Dios!, no necesariamente glorifica al Señor.
Si Dios es Dios y su esencia es la plenitud de todas las cosas, ¿para qué necesita que le demos gloria? ¿Cómo sus hijos, desde nuestra perspectiva de la santidad soñada, pueden añadir gloria al Señor de la Gloria? Sí, todo lo que respira – incluidos nosotros- debemos darle gloria a Dios. La Palabra está llena de propuestas y enseñanzas para el hombre ordinario sobre las múltiples maneras de darle gloria a Dios y a su Hijo Jesucristo, de contentar el Espíritu que mora en ti y en mí para que Dios sea glorificado en todo.