Entendiendo mi identidad en Cristo
Faustino de Jesús Zamora VargasEl Espíritu Santo nunca toma vacaciones. El Espíritu Santo nos conoce, sabe de nuestros ladeos y torceduras y hasta acomoda el escenario para que nuestras caídas no sean de plano y podamos levantarnos rápidamente y continuar animando nuestra vida cristiana y animando a otros a que sigan a Cristo. Para que esto suceda y tenga un verdadero significado en tu vida, será necesario que el Espíritu te revele una verdad que el enemigo ha tratado de ocultarnos durante siglos y por tanto sigue siendo una asignatura pendiente de aprobar en el curriculum del cristiano moderno: el Espíritu de Dios te ha dado una nueva identidad, una increíble identidad que te libera de todo tipo de ataduras y te permite disfrutar a plenitud los deleites del Señor. El deleite de su Gracia es una inmensa bendición.
Esta verdad tiene que ver con la muerte definitiva y sin posibilidad de resurrección de tu viejo hombre, de tu antigua naturaleza, de lo que eras y ya no eres porque el día que conociste a Cristo, el día que Dios te escogió para ser adoptado como su hijo, para ser aprobado en todo, justificado por su gracia y aceptado Él te regaló una nueva identidad, tomó todos tus pecados y los clavó en la cruz de Cristo. Con tus pecados fuiste crucificado con Cristo para que tu vieja naturaleza sucumbiera y pudieras resucitar con Él convertido en una nueva criatura. No es posible resucitar sin antes haber muerto.