El dilema del cristianismo y la politica
Dr. Roberto MirandaEl reconocimiento del cristianismo como una visión abarcadora que gobierna todas las dimensiones de la vida humana a veces resulta profundamente incómodo para los cristianos modernos. En Occidente, nos movemos en una sociedad que enfatiza el secularismo, el pluralismo, y los derechos individuales. La cultura moderna hace grandes esfuerzos por evitar favorecer una religión sobre otra. Frecuentemente, esto da lugar a cristianos confundidos e inseguros. Por un lado, queremos ver los principios del Evangelio penetrar los diferentes ámbitos de la vida de nuestra sociedad. Por otro, nos hiere escuchar acusaciones de que queremos establecer forzosamente una teocracia, suprimiendo los derechos de cada individuo.
Por una parte, nuestro respeto por la dignidad humana nos hace titubear ante la idea de imponer una dictadura religiosa. No queremos violar la conciencia de los demás. Miramos escandalizados las atrocidades cometidas en el mundo musulmán en nombre de un fundamentalismo religioso desprovisto de gracia y misericordia. Nos preguntamos cómo honrar la palabra de Dios al nivel social y colectivo sin pisotear los derechos de aquellos que ven el mundo a través de un lente religioso diferente al nuestro. Recordamos las atroces guerras religiosas del siglo dieciséis en Europa, la terrible violencia de hermano contra hermano en nombre de Jesucristo. Nos avergonzamos de las atrocidades de la Inquisición católica en España, o la expulsión violenta y despiadada de los judíos de ese mismo país en el 1492. Reconocemos que la hegemonía del cristianismo sobre las naciones no siempre ha sido de tanta bendición como se hubiera esperado.