El corazón audaz de una mujer necesitada
Dr. Roberto MirandaCuando la mujer con el flujo de sangre oyó hablar de Jesús dijo: "Esta es mi oportunidad". Después de años de sufrimiento y soledad estaba dispuesta a tomarse cualquier riesgo con tal de encontrar una solución a su desesperante necesidad.
Y entonces se metió entre la multitud. Había oído que el Señor estaba pasando por su ciudad, maquinó para ver cómo podía tocarlo, y se internó en la multitud. Me imagino que se abrió paso agresivamente. Se metió entre los hombres y las mujeres. Llegó hasta donde él estaba. Miradas hostiles quizá para ella por donde quiera que pasaba. Pero ella decía: “Si tan sólo tocare el borde de su manto, seré sana”.