Él es nuestro reposo
Faustino de Jesús Zamora VargasCristo no promete. Él es la promesa. Estar en Cristo es ser ya partícipe de su herencia venidera. No la merecemos, pero a Dios le plació justificarnos por su Hijo a través de la fe. Podemos descansar en Él y lo pasamos por alto; soportamos cargas y luchamos con nuestras propias fuerzas para deshacernos de ellas.
Cargas de amargura, cargas de desobediencia, cargas de necedad, cargas de tristeza. Arrastramos un tren de cargas. Lejos de poner a Cristo en el vagón-locomotora, intentamos ocupar su lugar. Y la carga se hace más pesada. Le damos participación a Cristo sólo en el plano religioso. Y la religión nada tiene que ver con nuestro parentesco y relación con Jesucristo.