Antes de Cristo, la justificación ante Dios se obtenía a través de un tosco sistema de rituales, sacrificios, dietas y festivales sagrados. Pablo aclara que en el viejo sistema de salvación por rituales y obras, todo el mundo estaba atrapado en una condición de culpabilidad, porque nadie podía cumplir la Ley perfectamente.
Con Cristo en tu vida todo cambia. Sin Cristo nunca puedes hacer suficientes buenas obras para satisfacer a Dios y ganarte la salvación. Con Cristo ya te ganaste la salvación por pura gracia. Las buenas obras ahora son un resultado, una consecuencia de tu nueva condición de hijo o hija de Dios. Es tu manera de decir "gracias" por ese regalo incomprensible que Dios te ha hecho.
Las buenas obras no son ya más un requisito previo para nuestra salvación. Son un resultado de nuestra condición de hijos de Dios. Son, además, un requisito para una relación sostenida con Dios después de ser salvos.
Si quieres profundizar en este reflexión, te recomiendo estudiar el sermón intitulado “
Pura Gracia”. En este mensaje predico sobre el pasaje de Romanos 3:21-26. Aquí tenemos una de las mejores y más apretadas definiciones de lo que es la salvación por gracia de la doctrina cristiana.
Espero que esta meditación te sea de gran provecho. ¡Hasta pronto!