¿De dónde provienen las buenas obras?
Charles SpurgeonEs una vieja máxima que la naturaleza no puede superarse a sí misma. El agua proveniente de la punta del cerro sólo subirá tan alto como su fuente; pero, a menos que se ejerza alguna extraordinaria presión sobre ella, nunca subirá más alto. Lo mismo sucede con la naturaleza humana.
La Escritura nos informa que es extraordinariamente depravada; no podemos esperar que de una naturaleza pervertida procedan las buenas obras. ¿Acaso pueden emanar aguas dulces del pozo amargo? De la misma manera que el veneno no crece en árboles saludables que dan frutos saludables, tampoco pueden crecer frutos saludables en árboles venenosos. No busquemos buenas obras en la naturaleza depravada como tampoco deberíamos buscarlas en la vid de Soreco en la vid de Gomorra. No podemos esperar encontrar buenas obras provenientes de la naturaleza del hombre; en verdad es vano e inútil pensar que las buenas obras se puedan originar en el hombre natural.